Oscar «King Kong» Cardozo se escapó de la alcaidía de Reconquista en agosto de 2006. El hecho le costó el cargo a la jefa de la policía, Leyla Perazzo.

Una década atrás la inexplicable fuga del jefe de una banda narco que salió caminando por la puerta de la alcaidía de Reconquista causó un revuelo institucional en la policía santafesina que terminó con la remoción de la cúpula provincial. El fugitivo era Oscar Ramón «King Kong» Cardozo, un preso de nacionalidad paraguaya detenido en abril de 2006 en una estancia bonaerense cuando transportaba 400 kilos de marihuana. Lejos ya de los ecos de aquella evasión escandalosa, la semana pasada el hombre volvió a ser detenido en la provincia de Río Negro como «un peligroso narco involucrado en el tráfico de grandes cantidades de estupefacientes».

Así se presentó públicamente su arresto tras un operativo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que lo encontró el jueves en la localidad de Catriel, provincia de Río Negro, donde Cardozo vivía con su familia. El hombre que le debe su apodo simiesco a su estatura y ancha espalda estaba prófugo desde junio del año pasado, cuando escapó de un procedimiento en La Matanza en el que fueron secuestradas más de cuatro toneladas de marihuana. Desde entonces era buscado como presunto líder de una organización dedicada al tráfico de drogas a gran escala.

Con 4 toneladas

A King Kong le seguían el rastro desde el 27 de junio de 2016. Ese día se se secuestraron 4.273 kilos de marihuana paraguaya dentro de un camión estacionado en un galpón de Virrey del Pino, partido de La Matanza. Los agentes tenían el dato de que esa carga de droga llegaría desde la provincia de Misiones y armaron un operativo para atrapar el vehículo. Pero cuando llegaron al galpón una camioneta se retiró cubriendo el escape a los tiros.

Se estima que allí iba King Kong, considerado el jefe de la banda y quien al parecer se ocupaba de la logística para el traslado del estupefacientes desde Paraguay. De aquel operativo también participó la policía bonaerense y fue catalogado como el mayor decomiso de estupefacientes en la historia de la PSA, fuerza al mando de Alejandro Itzcovich Griot.

En marzo se determinó que allegados a la banda de La Matanza realizaban viajes a la provincia de Río Negro. Con ese dato y órdenes emitidas por el juez federal Ariel Lijo, el jueves la fuerza federal irrumpió en la casa de King Kong en la localidad de Catriel. De la captura participaron más de quince efectivos con armas largas y varios vehículos que irrumpieron con un despliegue inédito en un complejo de departamentos de Roque Sáenz Peña 688.

Según trascendió, el narco buscado intentó escapar por los patios vecinos pero fue atrapado. Además se secuestró dinero en efectivo, celulares y armas. También se investiga un establecimiento rural de la zona que funcionaría como lugar de acopio de drogas.

Cardozo, quien también utilizaba la identidad de Eleuterio Martínez, quedó incomunicado. Se lo liga además a los secuestros de unos 850 kilos de cocaína incautados entre 2014 y 2015. El procedimiento que logró su captura fue celebrado por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.

Caída y escape

Este hombre de 1,90 metro, morocho y corpulento había sido detenido el 15 de marzo de 2006 en la localidad bonaerense de Abbot. Allí, en una estancia en la que había una pista de aterrizaje clandestina, se secuestraron 380 kilos de marihuana. Desde entonces quedó detenido en la alcaidía de Reconquista y a disposición de una causa del juez federal Virgilio Palud.

Cinco meses después, el 9 de agosto, King Kong se fue por la puerta de la prisión y con su fuga terminó convirtiendo en un polvorín a la policía santafesina, al punto que el gobierno de Jorge Obeid dispuso la intervención de la jefatura del departamento General Obligado. En los días siguientes se relevó la cúpula de la unidad regional IX y la propia jefa provincial de la fuerza, Leyla Perazzo, presentó su renuncia al conocerse los detalles de la escandalosa evasión.

Ese día los compañeros de celda de Cardozo sólo hallaron sobre su cama un montón de cobijas y almohadas. El paraguayo había ganado la calle sin levantar sospechas pese a que debió atravesar cuatro puertas, un largo pasillo, dos patios y un portón que siempre permanecía cerrado con candado. Todo el sector era monitoreado por ocho cámaras que, curiosamente, no registraron lo ocurrido ese día. Desde el interior de la alcaidía comenzó a circular la versión de que Cardozo había pagado 30 mil dólares para que lo dejaran salir y que sus compañeros de celda no lo siguieron porque no tenían dinero para los guardias. «Más que fugarse se retiró de la alcaidía», comentaba indignado por esos días el juez Palud.

Una causa penal

Ante el bochorno de una fuga que sólo podía explicarse por connivencia policial se abrió una causa penal. En septiembre terminaron procesados dos guardias y el jefe de la alcaidía de Reconquista por facilitar la evasión, otros tres por dejar las puertas abiertas y desactivar las cámaras y la madre de King Kong, acusada de comprar la fuga. Cardozo, en tanto, fue recapturado a la semana cuando viajaba en un remis desde el norte provincial hacia Rosario.

El narcotraficante relató una historia poco creíble según la cual logró escapar saltando desde un techo de ocho metros de altura y luego estuvo perdido en el monte. Cuando le preguntaron cómo era posible que estuviera limpio y afeitado luego de tantos días deambulando por el monte, respondió que no delataría a sus cómplices.

Hace una década se sostuvo que Cardozo pagó 30 mil pesos para poder huir de la alcaidía de Reconquista.

 

Foto de archivo. Cardozo en 2006, cuando fue apresado en Buenos Aires.

Fuente – La Capital.com.ar

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