Los investigaron durante nueve meses. Se hicieron escuchas telefónicas que confirmaron las sospechas de que en un hotel alojamiento de la “zona roja” de Reconquista se cometía el delito. Los apresaron a mediados de 2016 y condenaron en 2019.

La compra de una camioneta Volkswagen Amarok en una concesionaria de Buenos Aires terminó por deschavar por completo a Héctor Daniel Barrios (44) y su pareja Claudia Argentina Pereyra (40), quienes el año pasado fueron condenados a 6 y 5 años de prisión respectivamente, en un juicio oral en el que se los encontró culpables por el delito de “explotación económica de la prostitución agravado”. La sentencia fue cuestionada y el mes pasado la Cámara de Apelación Penal de Vera la confirmó en su totalidad.

El tribunal de alzada que conformaron los camaristas José Antonio Mántaras, Eduardo A. Bernacchia y Carlos D. Renna, rechazó el 18 de marzo la apelación intentada por el abogado Andrés Ghío, en representación de Barrios y Pereyra, considerados autor, el primero; y partícipe necesaria, la segunda.

Previamente, el 12 de junio de 2019, el juez penal de primera instancia, Gustavo Gon, dictó sentencia contra la pareja por considerarla responsable del delito de “explotación económica de la prostitución de personas mayores de edad, agravado por la situación de indefensión y sometimiento psicológico ocasionado por el uso de la violencia, amenaza, intimidación y coerción a las víctimas”.

“Zona roja”

La investigación, a cargo del fiscal de Reconquista Aldo Gerosa, y de la Agencia de Trata de Personas de la policía provincial, se inició el 18 de septiembre en 2015, con el allanamiento de un hotel alojamiento ubicado sobre calle 36 entre 45 y 47 detrás de una estación de servicios YPF, en la denominada “zona roja”. En ese entonces fue detenido el dueño de la posada, un tal “Cape”, el cual falleció antes de ser enjuiciado; y las personas entrevistadas en el lugar referían a “un tal Barrios” como uno de los responsables del negocio.

Según la labor policial, el sitio era utilizado por un grupo de mujeres que se dedicaban a la prostitución, bajo el control de Barrios, su pareja Pereyra y el dueño del alojamiento.

Al cabo de un tiempo, cuando el caso parecía haberse desactivado, los investigadores volvieron a pedir medidas de prueba, entre las que se destacan las escuchas telefónicas registradas entre abril y mayo de 2016.

Las escuchas

A propósito de ello, la defensa de Barrios y Pereyra planteó ante la Cámara la invalidez, tanto de las escuchas como de los mensajes de texto que fueron clave para la investigación. El Dr. Ghío objetó que “la autoría de Barrios es producto del imaginario fiscal y que los policías a cargo de las escuchas no han podido vincularlo con la solvencia probatoria necesaria”.

En su respuesta, el fiscal Gerosa dijo que Barrios fue a Buenos Aires a buscar una camioneta VW Amarok y que para tal gestión dio como referencia el número telefónico que fue intervenido en la causa, el que a la postre lo desnudó en cuanto a su proceder delictivo.

Para apoyar la tesis fiscal, desde la agencia de Trata de Personas indicaron que “se pudo determinar que Barrios tenía mujeres que ejercían la prostitución en su beneficio, conduciéndolas en un vehículo Fiat Duna Weekend hacia lo que se denomina “la zona roja” detrás de la estación de servicios de YPF, como así también en un domicilio particular”.

Explotación sexual

Finalmente los camarista consideraron válida la sentencia de primera instancia, destacando las múltiples comunicaciones entre los teléfonos intervenidos, dos de ellos los de Barrios y Pereyra “de cuyo contenido surge claramente que tuvieron por objeto motivador referirse a pormenores del “comercio” sexual, como por ejemplo, horarios de labores, detalle de los servicios prestados, sumas exigidas y percibidas y hasta amenazas coactivas, siempre con referencia al indudable rol de supervisor y explotador de la ilícita actividad”.

Es más, en su voto el Dr. Mántaras reconoció que las intervenciones telefónicas “son la genuina expresión del cumplimiento de la explotación sexual de las cuatro mujeres bajo la estricta supervisión de Barrios, incluso y en menor escala por Pereyra”, que ostentaba el doble rol de víctima y victimaria.

Una compra desproporcionada

El 7 de abril del 2016 el juez de Reconquista, Mauricio Martelossi, ordenó la intervención de la línea telefónica de Héctor Barrios por el término de 30 días, para “determinar si su titular continúa relacionado a hecho de facilitamiento y promoción de la prostitución”.

En el informe policial del 23 de mayo se detallan los pormenores previos a la adquisición por parte de Barrios de la camioneta Volkswagen Amarok POW 022. Y producto de las tareas de campo, se constató que una semana después Barrios y Pereyra junto a su hijo menor, abordaron un colectivo de la empresa Flecha Bus en la terminal de Reconquista con destino a la ciudad de La Plata, donde se dirigían a cerrar la compra del vehículo.

Para el fiscal, no sólo no podía Barrios justificar la compra de la unidad 0km, por la que realizó una entrega de $ 80.000 y un plan de pagos en cuotas de $ 10.000 mensuales, sino que sostuvo que ese dinero era producto de la explotación sexual de las mujeres que frecuentaba. Cabe mencionar que Barrios se presentó como albañil y soldador, aunque sólo contaban entre sus herramientas, una soldadora de tipo doméstica.

Todo el material que la Agencia de Investigación sobre la Trata de Personas giró al MPA el 8 de junio de 2016, precipitó la realización de tres allanamientos. Al día siguiente, la policía volvió sobre el alojamiento de calle 36; además se allanaron dos casas donde Barrios vivía con sus dos parejas, una en el barrio Chapero donde fue secuestrada la Amarok; y el último en el barrio 374 Viviendas donde vivía la coimputada Pereyra y fue hallado el Duna Weekend.

“El que no trabaja no come”

Las presiones y abusos cometidos por Barrios se verifican en las escuchas, como las del 22 de abril de 2016, cuando una de las mujeres que trabajaba para él le dice: “…yo no aguanto más k solo me utilices y si vy a trabajar es para k no le falte nada a mi hija nmas xq vos ya no pienso aser nada save dani te agarro…” para luego quebrarse y expresarle “…yo no veo la hora d morirme para no seguir mas con vos y m{as si solo me utilisas y tratas d mugre nmas save dani@…” (Sic.)

Luego, en comunicación con otra de las mujeres, Barrios le dice; “El q no travaja no come asi es las regla dale apurate aser lilas@….” (Sic.).

También de las escuchas se desprende que las “ganancias” obtenidas por Barrios, fueron destinadas a la compra de la camioneta “W Amarok”, cuando una de las mujeres le reprocha que trabaja “…para pagar tu mugre camioneta cafiolo…”

 

Fuente – www.ellitoral.com

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