El diputado provincial por el Frente Social y Popular (FSP), Carlos Del Frade, se refirió a la pileta que apareció en uno de los pabellones de la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Coronda y aseguró que en el Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe: “hay nichos de corrupción que liberan la zona y venden privilegios”.

 

 

Asimismo, anunció que el 1 de febrero presentará un pedido de informes acerca de lo que ocurre en el Servicio Penitenciario.

“La comunicación es un derecho que tiene toda persona, incluso estando preso, pero las personas consideras de alto riesgo dentro de los penales ¿por qué tienen tanta facilidad para cambiar sus teléfonos celulares? Cuando supuestamente, a partir de la denuncia que hicimos en diciembre de 2015 porque Los Monos seguían manejando el negocio de la distribución de cocaína y marihuana desde adentro de la cárcel de Piñero, se había hablado de que se tenían que sacar los celulares”, explicó en declaraciones a diferentes medios radiales.

Luego agregó: “Me parece que los detenidos de alto riesgo son también detenidos de alto poder y dinero que pueden comprar estos beneficios que van desde una pileta hasta celulares.  Como por ejemplo,  Alexis Caminos, hijo del exjefe de la barrabrava de Newell’s asesinado en 2010, que desde uno de los pabellones está manejando el negocio de la cocaína en el barrio Municipal de la ciudad de Rosario. Esos privilegios muestran nichos de corrupción en el Servicio Penitenciario de la provincia y negocios que no se deberían hacer”.

Asimismo, Del Frade se refirió a la explicación del secretario de Asuntos Penitenciarios, Pablo Cococcioni, quien explicó que la pileta era para las visitas: “Claramente los que acceden a la pileta no son todos los reclusos. Lo que se consolida con esto son negocios y privilegios que generan un profundo malestar hacia adentro y hacia afuera. Cococcioni sabe que ésta es una respuesta para gambetear la situación, pero sabe que en el Servicio Penitenciario todo se puede acceder si pagas el servicio y eso genera privilegios y un malestar que finalmente estalla en cuestiones violentas. Creo que hay cosas profundas que no han cambiado más allá de las buenas intenciones que le reconozco al ministro de Seguridad, Pullaro”.

Finalmente, destacó: “Empecemos a pensar en un sistema carcelario diferente, como se hace en Punta Carretas en Uruguay, o ni hablar en otros países del mundo, donde la cuestión pasa por rehabilitar a la persona que se equivocó para que vuelva mejor a la sociedad y no peor como nos pasa hoy”.

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