Familiares de Matías Oviedo, fallecido el pasado 27 de noviembre realizaron una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación para que se investigue su muerte. En las redes sociales publicaron una carta contando de su situación.

Matías es hijo de José Luis Oviedo, quien hasta hace poco tiempo fue el gerente de la EPE Reconquista.

“EMPATÍA: ponerse en el lugar del otro. Ver cómo te sentirías si te hicieran lo mismo. Creemos que es necesario hacer
hincapié en esto, más que nada en que hay que pensar mucho antes de decir o hacer algo, porque tal vez lo que para uno es
un simple comentario, al otro le significa un mundo de cosas”

Agradecemos a todos los que tuvieron empatía con nuestra perdida, que compartieron nuestro dolor y sintieron como si se les hubiera ido un hermano o un hijo y nos abrazaron, con sus manos, con sus palabras, con sus miradas llenas de lágrimas o con una oración.
A todos ellos nuestro más profundo amor y agradecimiento.

Ante la pérdida tan sorpresiva de un hijo, no es fácil encontrar lógica o razón y surgen miles de preguntas.
Con mucho dolor, pero con respeto, fuimos planteando las dudas sobre las últimas 35 horas de vida de Matías, que comenzaron a las 22 del día lunes 25 con su primera consulta médica y terminaron con su muerte el miércoles 27 de noviembre a las 9,00.

A cada pregunta que fuimos haciendo, nos devolvieron respuestas que trataban de justificar acciones o inacciones, cargadas de frialdad, agresividad y mentiras. Claro está que frente a estas reacciones, surgieron muchas más preguntas.

De todas las reuniones que tuvimos con los actores de la salud, no pudimos aclarar nuestras dudas sobre lo actuado, ya que nadie acertó a tomar medidas prudentes y razonables lo que fue acortando las chances de vida de Matías, hasta que pasó la línea de no retorno y nos informaron que Matías tenía un 85% de riesgo de muerte… 13,30 horas del martes 26 de noviembre, solo 15 horas después de la primer consulta médica.

No somos profesionales de la salud y algunos de los que interactuaron con Matías tampoco parecieron serlo.

Nos morimos… mueren nuestros seres queridos… mueren nuestros hijos… y nada parece cambiar, no surge la EMPATÍA, nos tratan y destratan, como si no fuéramos personas.

Finalmente, también en distintos estamentos sociales de nuestra comunidad hay personas que movidas por el morbo parecen perder la empatía, sin pensar que mañana, a ellos o a un ser querido, les puede ocurrir lo mismo que a nosotros y terminar siendo una triste y dolorosa noticia más.
Matías no tenía ninguna enfermedad de las que duelen pronunciar y de las que como sociedad nos cuesta hacernos cargo. No tuvo ninguna enfermedad infectocontagiosa, lo confirman los análisis que llegaron después de su muerte. No tuvo siquiera un diagnóstico más preciso, que el de una septicemia grave, que nos vuelve a generar más preguntas.

De todas maneras, si hubiera tenido una enfermedad del tipo que fuera, lo que falto fue EMPATIA, para tratarlo y diagnosticarlo, por parte de los profesionales que lo vieron.

Pero sobre todas las cosas nada cambiaría la extraordinaria persona, hijo, hermano, esposo y padre que fue Matías. Sólo les pedimos respeto y empatía, con nosotros y con nuestro hijo.
Mientras los nosocomios no nos dan respuesta, en la calle diagnostican a Matías y repiten mentiras, algunas surgidas de los mismos lugares en que lo debieron haber tratado con más preocupación y profesionalismo.

Seamos empáticos para juntar fuerzas y canalizar esfuerzos, en reclamo de mayor cantidad y calidad de profesionales. Si lo que falla es el sistema, hagamos todo para cambiarlo. Si los que fallan son los profesionales, por falta de formación o de vocación, reclamemos las medidas que lo corrijan.

Merecemos un trato sin distinciones ni prejuicios, un trato digno frente a la enfermedad, porque es cuestión
de vida.

Sólo en Dios podremos hallar sosiego y calma a nuestra angustia, pero nada evitara que reclamemos
justicia.

El miércoles 4 de diciembre realizamos la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación, solicitando se
investiguen las acciones o inacciones como también los protocolos médicos, que a nuestro entender no se
respetaron, y se determine la responsabilidad qué le correspondiere a todos y cada uno de los profesionales
a los que Matías acudió en busca de atención.
Rogamos a Dios, ilumine al fiscal Dr. Nicolás Maglier y pueda alcanzar la verdad y si hubiera alguna
negligencia, incumplimiento o actitud que no se ajuste a los protocolos médicos, que se determine la figura
legal que corresponda y se haga justicia.

Familia Oviedo

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