Ante la escasez hídrica conviene revisar las instalaciones de acceso al agua como parte del manejo eficiente y sustentable de este recurso. En este informe especialistas de INTA Reconquista detallan prácticas recomendadas para los principales sistemas del norte de Santa Fe y zonas con ambientes similares.

Desde agosto de 2019 se registran lluvias por debajo de la media anual en todas las provincias del noreste argentino – Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Misiones. Según el Servicio Meteorológico Nacional esta tendencia se acentuó desde comienzos del 2020 y la situación actual muestra una sequía que en algunas regiones llega a ser extrema.

Sin embargo para los especialistas, esta situación no es una anomalía, sino que forma parte de los ciclos hidrológicos naturales, que se componen de períodos hidrológicos secos, medios y húmedos. Esta excepcional bajante de los ríos tiene sus posibles causas – según un informe del Servicio Meteorológico Nacional – en la confluencia de elementos que ocurren a nivel regional en el Océano Atlántico, en el Pacífico y en el Índico.

El manejo eficiente y sustentable del agua es una de las premisas para sobrellevar los años adversos,  ya sea por déficit o exceso de lluvia. En este informe se detallan las infraestructuras básicas y los recursos necesarios para lograr sobrellevar estos cambios.

Foto: grietas por la seca en La Sarita, enviadas por oyentes de Radio Amanecer.

Claves para las obras en zonas rurales

Ante este panorama, recomendamos que antes de tomar una decisión que implique una inversión consultar a especialistas en el tema, tener como premisa estudios de recurrencia y no guiarse solamente con los promedios históricos de montos de lluvia.

Cuando se utilicen fuentes de agua compartidas o comunitarias – es decir agua de lluvia, superficial y/o subterránea –  a través de ríos, canales, perforaciones, pozos calzados, represas, aljibes conviene realizar la siguiente priorización para su uso:

–          agua para consumo humano,

–          abrevado animal

–          riego

–          industrialización de productos

–          recreación

En el caso de ríos interprovinciales se deben dejar escurrir los cupos establecidos por Convenios o Tratados. Además del caudal ecológico, que es aquel escurrimiento mínimo que permite preservar la vida del ecosistema, especialmente de las especies ictícolas. Para  esto, los Organismos pertinentes deberían extremar precauciones y maximizar los mecanismos de control ante la vulnerabilidad que presenta el ecosistema ante este tipo de situaciones.

Aljibes

En el caso de sistemas de captación y aprovechamiento de agua de lluvia (SCALL) como aljibes, supervisar la infraestructura de los existentes. Esto incluye limpieza de los techos, canaletas y los mecanismos de trampas de sedimentos, para dejarlos preparados para cuando llueva.

Si se tiene que planificar una obra, hacerla con recurrencias bajas.  Y tampoco utilizar valores como los actuales, porque eso va a provocar un sobredimensionamiento de las partes y un sobrecosto, que se considera innecesario para el funcionamiento de estos sistemas normalmente.

Se puede recurrir a los técnicos de INTA para que acompañen en la elaboración proyectos acordes a las normas apropiadas y así lograr un aprovechamiento de las precipitaciones eficiente y que permita su utilización  a largo plazo.

Represas

Es conveniente que sean profundas -para minimizar las pérdidas por evaporación-  a su vez que deben contar con buena compactación del fondo y taludes de forma para reducir aquellas que se dan por infiltración.

Si esto no es posible, se debe impermeabilizar con algún material natural o artificial: bentonita sódica, silobolsas, geomembranas, o combinación de alguna de ellas. Se considera que son alternativas válidas y económicamente sustentables.

En los períodos como el actual cuando las represas no tienen agua es el momento para sondear con palabarreno el fondo para evaluar si es necesario desbarrarlas o profundizarlas.

Los tractores con palas de arrastre son ideales para estos trabajos, ya que permiten la deposición del material excavado en lugares prefijados e incluso realizar terraplenes consolidados para futuros depósitos de agua elevados, para almacenar y distribuir agua a los potreros de pastoreo.

Es esencial estudiar los ambientes. En especial los que corresponden a la “Depresión Central de los Bajos Submeridionales”, donde recomendamos planificar depósitos sobre el nivel del terreno y construir almacenamientos temporarios en superficie, complementados con áreas de captación eficientes.

Las áreas de captación de las represas deben sistematizarse adecuadamente y deben mantenerse periódicamente, sin vegetación que obstaculice el escurrimiento superficial, así, cuando llueva, la mayor cantidad posible escurrirá superficialmente y se almacenará dentro de las mismas.  Eso requiere de un mantenimiento periódico, especialmente antes de las lluvias, donde hoy se dispone de pronósticos de fácil acceso, para realizar estas tareas adecuadamente.

Las represas siempre deben estar cercadas para minimizar la probabilidad de contaminación del agua almacenada, ya que se evitaría el ingreso de animales a las mismas y también se preservaría la infraestructura que se disponga: impermeabilizaciones, mecanismos de bombeo, tanques de almacenamiento, cañerías superficiales, entre otros. A su vez, deben tener mecanismos de retención de sólidos imprescindibles para alargar la vida útil de estos cuencos de almacenamiento.

Los mecanismos de bombeo que se pueden utilizar en la región pueden ser aquellos que utilizan energías renovables: molinos de viento, bombas alimentadas con energía solar, o con grupos electrógenos y motores a explosión, también con energía convencional.

Pozos calzados y/o perforaciones

Frente a una emergencia hídrica,  es muy común que los recursos económicos que se dispongan para efectuar búsqueda de agua subterránea no se utilicen de manera eficiente por la urgencia del caso.

Siempre es recomendable realizar estudios de agua subterránea en base a prospección geoeléctrica en épocas normales y no cuando es inminente la crisis, para ubicar los lugares con el tiempo necesario de manera racional y científica, donde se pueda identificar aquellos lugares donde se encuentre el agua de mejor calidad para optimizar los recursos económicos.

No es incompatible la práctica de la  rabdomancia para corroborar estos estudios. Pero no es conveniente obviar este primer paso y realizar perforaciones exploratorias directamente (a ciegas) ya que implican montos elevados de inversión, con grandes riesgos de no conseguir el objetivo básico deseado: agua en cantidad y calidad utilizable para usos múltiples durante todo el año.

En base a los estudios geoeléctricos se puede decidir realizar perforaciones o pozos calzados, de acuerdo a la profundidad de los acuíferos y a la permeabilidad de los mismos, también evaluando la relación beneficio/costo de cada alternativa.

Cuando los montos de precipitación anuales son menores a los promedios históricos, y si se da una secuencia de estos años (períodos hidrológicos secos, que es común que esto suceda en la naturaleza en determinados años y cíclicamente) indefectiblemente los acuíferos, en especial el libre, van a sufrir variaciones del nivel estático (el agua se encontrará a mayor profundidad de la superficie) y posiblemente la calidad del agua químicamente pueda variar con un incremento de sales. Esto último depende siempre de los ambientes.

Eso afecta el consumo directo de esta fuente de agua y también a los mecanismos de bombeo. En lo posible se debe tratar de no profundizar los pozos calzados ni las perforaciones durante estos períodos, ya que esto es motivo de mucho riesgo para que se produzca el contacto con agua de mala calidad que pudiese existir en profundidad, con la consiguiente intrusión salina y de muy difícil recuperación a mediano y largo plazo.

Ante esa situación se sugiere barrenar los pozos calzados horizontalmente o realizar galerías filtrantes, para aprovechar con mayor eficiencia el agua dulce en base a la dirección de las vertientes con agua de buena calidad, logrando una mayor área de influencia de extracción de agua de buena a regular calidad y la posibilidad de mejor recuperación del acuífero como respuesta ante la extracción de agua periódica de los mecanismos de bombeo.

Otra opción es realizar los mecanismos “patas de araña”, es decir, realizar varias perforaciones para que abastezcan a un solo mecanismo de bombeo. Esto se recomienda en determinados casos, donde siempre es recomendable asesorarse por personal calificado, para que el sistema funcione adecuadamente. Zonas donde se puede aplicar esta técnica: Domo Occidental, Área de Transición de los Bajos Submeridionales y Cuña Boscosa.

Para el abastecimiento de animales siempre es conveniente utilizar el método de mezcla de aguas con distinto tenor salino, aprovechando también aquellas con alta salinidad, disminuyendo la concentración con fuentes de agua de mejor calidad, para maximizar el volumen de agua disponible.

Esto cobra aún mayor vigencia en estos períodos críticos, donde se puede llevar la calidad del agua a valores límites (7 a 8 g/L), siempre dependiendo del tipo de sales de las fuentes de agua que se mezcle y del grado de acostumbramiento de los animales a consumir fuentes de agua saladas y/o amargas.

Desde INTA – excluyendo el sector del acuífero Puelche – recomendamos la utilización mixta de agua subterránea más agua de lluvia, donde las técnicas tendrán que adaptarse a los diferentes ambientes. Al usar estas dos fuentes de agua se maximizan los volúmenes disponibles y se puede manejar la calidad hidroquímica del agua igual al contenido de sales presentes en el agua, el cual forma parte de la alimentación de los animales, junto con los forrajes.

Para ello, se deben realizar periódicamente análisis químicos de estas fuentes de agua y en campo disponer de conductímetros para poder hacer un control permanente de las mismas.

Es muy común en el norte de Santa Fe, desde la Cuña Boscosa hacia el oeste, que el agua dulce se encuentre sobre el agua salada a pocos metros de la superficie del terreno, producto de su menor peso específico. Son los denominados bolsones de agua dulce. Allí, cobra mayor vigencia la posibilidad de realizar pozos calzados con un diámetro adecuado para utilizar mecanismos de extracción de agua superficial – chupadores flotantes -, minimizando los riesgos de succionar agua salada a mayor profundidad y aprovechando de esta manera la mejor calidad posible del agua subterránea.

Actualmente es posible hacerlo con perforaciones de mayor diámetro, donde varias perforaciones suplen a un pozo calzado, donde la estrategia de extraer agua desde varias perforaciones de manera lenta hace que el nivel de las perforaciones se deprima poco y se pueda extraer el agua de mejor calidad química. Si a esto se le suma que tiene menor costo estos sistemas, se considera una técnica muy recomendada para esos ambientes.

Tomas de cursos superficiales y canales

En cuanto a las aguas superficiales es conveniente eficientizar las tomas directas existentes de los canales estratégicos de la provincia y aprovechar estas situaciones de crisis para motivar a realizar estudios a nivel de Proyectos Ejecutivos de los mismos que garanticen la extracción de agua tanto en estiaje como en crecidas.

Siempre se debe realizar un buen mantenimiento de los canales y corte de malezas periódico para que no obstaculicen el normal traslado del agua.

Reforzar el involucramiento de las asociaciones de productores en este aspecto y estudiar aquellos casos donde sea necesario impermeabilizar los mismos en sectores críticos con problemas, o parcialmente entubados, cuando se presenten dificultades estructurales del terreno.

En lugares estratégicos y de alto impacto ver la posibilidad de llevar a cabo canales y/o acueductos para sortear de la emergencia en el tema abrevado animal y riego, involucrando a los Productores, siempre bajo la premisa de llevar a cabo obras no de manera transitoria, sino como una Primera Etapa, para que sea posible luego complementarlas y eficientizarlas en el tiempo.

Perforaciones en el acuífero Puelche

En el caso especial del acuífero Puelche en el este de la provincia de Santa Fe, donde se accede al mismo a través de perforaciones para usos múltiples: agua para consumo humano, abrevado de animales y/o riego de cultivos extensivos o de invernaderos, entre otros, con directa competencia de las actividades del INTA en el norte de Santa Fe.

Siempre se recomienda que este tipo de obras se realicen bajo la premisa de la Ley de Aguas del Gobierno Provincial, con los permisos pertinentes del Ministerio de competencia. Para ello, siempre se debe hacer el proyecto con todas las premisas ingenieriles para la construcción de las perforaciones, donde es muy importante tener en cuenta el lugar para implementar dichas obras, elegir los filtros y material de prefiltro adecuados y también hacer el hormigonado final para que el agua superficial no pueda ingresar y de esta manera contaminar el acuífero. Todo esto siempre es recomendable que esté bajo la supervisión de personal técnico calificado y con incumbencias profesionales.

Las bombas deben elegirse de acuerdo al caudal de diseño de cada perforación y en base a lo que se precisa, es decir, al estudio de la demanda planificado.

Cuando se producen períodos hidrológicos críticos, especialmente sequías, hay que controlar el nivel dinámico de las perforaciones, es decir, el nivel estabilizado cuando el mecanismo de bombeo funciona, así como también la calidad del agua que se extrae a través de análisis químicos y microbiológicos, en especial cuando el destino es consumo humano y el riego de huertas.

Para el abrevado de animales, el agua de este acuífero se clasifica siempre como deficitaria en sales, lo cual implica necesariamente la necesidad de un suplemento de minerales. Para realizar esto de manera correcta se recomienda asesorarse por Médicos Veterinarios los cuales, en base al estudio del contenido de minerales en el agua y en los forrajes y al estado corporal de los animales, recomendarán las dietas en minerales necesarias para obtener la mejor performance productiva.

Estudios de calidad de aguas

El INTA dispone de un laboratorio central en la EEA Reconquista donde se pueden realizar análisis físico-químicos para usos múltiples con la correspondiente clasificación con personal calificado, el cual forma parte de la Red Nacional de Laboratorios de INTA.En base al destino del agua, serán necesarios estudios de calidad del agua, tanto análisis físico-químicos como microbiológicos, donde se cuenta con Laboratorios regionales de competencia para realizarlos.

La Escuela de Alimentos del Centro Universitario Reconquista Avellaneda (CU-RA) dependiente de la UNL, realiza análisis microbiológicos que permiten complementar los anteriores.

La Unión Agrícola de Avellaneda (UAA) dispone de un Laboratorio para realizar también estos análisis.

Es decir, en el norte de Santa Fe se disponen de Laboratorios cuyo personal e instrumental tienen la garantía de la calidad necesaria para testear los requerimientos necesarios para determinar la aptitud para los diferentes usos del recurso hídrico de las fuentes de agua que se manejan.

Se recomienda el asesoramiento de personal técnico calificado, donde las consultas se pueden realizar en las Agencias de Extensión Rural como en las Estaciones Experimentales Agropecuarias del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Referentes del INTA EEA Reconquista:

Ing. En Rec. Hídr (M.Sc.) Mario Basán Nickisch (basannickisch.mario@inta.gob.ar)

Ing. En Rec. Hídr. (M.Sc.) Luciano Sánchez (sanchez.luciano@inta.gob.ar)

TE fijos: +54 03482427021; +54 03482 420117; +54 03482 487592 – Interno 204

Celulares de contacto: +54 11 34382177; +54 3482 500359

Fuente: INTA.

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