Este domingo 27 de agosto el Papa Francisco comentó a la multitud reunida en la Plaza San Pedro y al mundo entero que debemos seguir construyendo la Iglesia que tiene cimientos sólidos, pero sin embargo no faltan grietas. Este es parte de su mensaje

“También con nosotros, hoy, Jesús quiere seguir construyendo su Iglesia, esta casa con cimientos sólidos, donde sin embargo no faltan grietas, y que necesita constantemente ser reparada. Siempre: la Iglesia siempre necesita ser reformada, reparada, como en los tiempos de Francisco de Asís. Nosotros, ciertamente, no nos sentimos rocas, sino sólo pequeñas piedras. Sin embargo, ninguna piedra pequeña es inútil, aún más, en las manos de Jesús, la piedra más pequeña se vuelve preciosa, porque Él la recoge, la guarda con gran ternura, la talla con su Espíritu y la coloca en el lugar adecuado, que Él ha pensado desde siempre y donde puede ser útil para toda la construcción. Cada uno de nosotros es una piedra pequeña, pero en las manos de Jesús hace la construcción de la Iglesia.

Y todos nosotros nos convertimos en ‘piedras vivas’, porque cuando Jesús toma en la mano su piedra, la hace suya, llena de vida, llena de vida del Espíritu Santo, llena de vida gracias a su amor, y así tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: ella –la Iglesia- es comunidad de vida, hecha de tantísimas piedras, todas diversas, que forman un edificio único en el signo de la fraternidad y de la comunión”.

Estas palabras del Papa Francisco, se unen también al mensaje de nuestro obispo de la Diócesis de Reconquista, monseñor Angel J. Macín que invita a cada cristiano de la diócesis a asumir el compromiso de Anunciar el Reino de Dios a todos, según lo expresó en la Asamblea Diocesana con motivo de celebrar los 60 años de la creación de la Diócesis.

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