En la tarde de este jueves 23 de julio, un camión semirremolque, cargó en inmediaciones de la ex sociedad rural de Las Toscas, siete motores grandes de la planta azucarera del ingenio Las Toscas.

El pesado transporte había llegado a la ciudad alrededor de las 10:30 y como los inspectores que controlan el ingreso a la ciudad no lo dejaron ingresar, quedó estacionado frente a la ex sociedad rural, ingreso norte de la ciudad.

Alrededor de las 14, llegaron dos camionetas con acopladitos, transportando unos 7 u 8 motores hasta el camión y a los pocos minutos llegó la grúa del ingenio, comenzando el operativo de carga al transporte tucumano.

Lo que llamó la atención de quienes defienden las instituciones y especialmente las fuentes de trabajo de la región, es que no hubo ninguna actitud opositora, apelando al sentido común a que haya alguien que pueda responder a tanto adormecimiento de la sociedad.

Lo cierto es que se está mostrando el final de una larga historia que data del año 1885, en la que una planta fabril que conformó una cuenca cañera, que generó trabajo a muchísimas personas en éstos más de cien años, donde nuestros bisabuelos, abuelos, padres, vecinos y amigos, mantuvieron a sus familias, en base al sacrificio de cumplir muchas horas diarias para mantener en tiempo de zafra, humeando la caldera del viejo ingenio.

El vaciamiento que se está haciendo, merecería una exigencia judicial y una reparación inmediata solicitada por parte del ministerio de trabajo, ya que existe un decreto presidencial que no se puede dejar sin trabajo a nadie y mucho menos desguazar una planta fabril de la cual dependen más de 800 familias.

 

Fuente – Antonio Ávalos

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