Juan Ignacio Peresón tiene 31 años, es Contador y vive en Lanteri. Estos datos, de tratarse de otra persona, serían menos importantes, pero en esta historia valen la pena aclararlos.

Juani es muy activo, desenvuelto, su voz es alegre, sus ojos son curiosos y su mente no tiene freno. Estas cualidades, son algunas de las que lo llevaron a cumplir sus metas, a no detenerse y hacerse fuerte con su condición: la osteogénesis imperfecta, conocida como huesos de cristal.

De origen genético, la afección conduce a la fragilidad de los huesos y tiene como principales consecuencias fracturas y deformidades. El solo hecho de levantar su brazo lo exponía a fracturas, por lo que paso meses de su vida, recubierto en algodón. Sin embargo, al ir creciendo, la vida “suave” se fue alejando y se convirtió en una llena de sobresaltos y desafíos. Llegaba a fracturarse 6 veces por año. Esto que para muchos sería un gran impedimento, para este exitoso contador no lo fue.

Con firmeza en sus convicciones y templanza en sus acciones, a los 25 años se recibió de Contador Público en la Universidad Católica de Santa Fe, sede Reconquista. Alcanzar el título Universitario no fue para Juani un cierre, sino un comienzo con nuevos objetivos, con características muy claras, como las que posee como persona. A los días de ser llamado contador emprendió la búsqueda de empleo, quería poner en acción todo lo que aprendió.

A sus “éxitos” se sumó la noticia que le dieron los médicos, fue dado de alta. Si bien la enfermedad no se cura, actualmente puede llevar una vida bastante normal. Lleva más de 5 años ejerciendo su tan amada profesión en la Comuna de su pueblo, Lanteri. Allí se desenvuelve con facilidad realizando las tareas propias de todo Contador y es muy querido por todos los que trabajan en dicha institución.

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