Especialistas de la UNR dicen que la actividad escolar podría generar acumulación de personas en espacios cerrados, como colectivos y aulas.

En el marco de un nuevo cuestionamiento docente al anuncio de la vuelta de las clases en Santa Fe para el próximo 17 de febrero, en un sistema mixto que alternará presencialidad con virtualidad, un grupo de médicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) advirtió que el regreso a las escuelas “podría favorecer contagios, exponiendo a los más chicos y los más grandes” al Covid-19. Los especialistas llamaron a establecer criterios epidemiológicos para saber cuándo dar marcha atrás de ser necesario, insistieron en la importancia de la vacunación de docentes e hicieron una propuesta de protocolo para las aulas.

El escrito firmado por los médicos generalistas y docentes de la Facultad de Medicina Lucas De Candia, Valeria Bulla y Ricardo Cordone al que accedió La Capital se conoció ayer mientras el gremio Amsafé anticipaba que antes de volver a la presencialidad quiere sentarse a discutir cuáles serán las condiciones sanitarias y edilicias para concretar el retorno (ver aparte). Marcaron que “nadie pone en duda las necesidades sociosubjetivas de los niños y la prioridad en la agenda pública del regreso a la presencialidad escolar”, pero señalaron que “si cada sector puja por sus intereses particulares, será muy difícil sobrellevar lo que viene en este 2021”.

Los sanitaristas recordaron que si bien los niños desarrollan en general un cuadro clínico más leve y con menor frecuencia de complicaciones, “pueden transmitir la enfermedad tanto como los adultos”, y que en términos epidemiológicos, “a más contacto social, se producen más contagios y mayor número de muertes”. Además, señalaron que “la transmisión por aerosoles es considerada la vía principal de transmisión del virus entre personas”, y que los menores de edad y mayores de 60 años “han sido los menos expuestos al virus y por consecuencia, es posible que constituyan subpoblaciones con gran susceptibilidad al contagio”.

Tensión entre el cuidado de los niños y las medidas sanitarias

Este cuadro arroja, para De Candia, Bulla y Cordone, “una compleja tensión entre el cuidado integral de los niños y las medidas necesarias para no perder el control de la pandemia”. En ese sentido, apuntaron que cuando hay circulación comunitaria del virus y crecientes números de casos, el cierre de escuelas, en conjunto con otras medidas restrictivas que disminuyen el contacto social, es útil para frenar la dispersión del virus. El regreso a la presencialidad, entonces, “podría favorecer contagios, exponiendo particularmente a los más chicos y los más grandes”. Además, advirtieron que la actividad escolar podría generar la acumulación de personas en espacios cerrados, como los colectivos y las aulas.

En cuanto a las propuestas, volvieron a insistir con la implementación de aislamientos selectivos, preventivos e intermitentes (Aspi), cierres breves con importante disminución de la circulación y el contacto social para impactar fuertemente en la disminución de los casos como método “primordial” para pensar el sostenimiento de cualquier actividad presencial. Además, destacaron la necesidad de establecer criterios epidemiológicos que marquen con precisión cuándo se puede sostener la actividad escolar presencial y cuándo debe ser suspendida en cada localidad, y coordinar la presencialidad en escuelas con la campaña masiva de vacunación en personal educativo.

Por último, propusieron un protocolo sanitario para escuelas que contempla espacios que garanticen la circulación de aire para disminuir la acumulación de aerosoles; la construcción de burbujas educativas fijas con maestro y un número reducido de niños con encuentros intermitentes y no diarios, para permitir la inmediata suspensión de la actividad y el aislamiento si apareciera un caso; asegurar la trazabilidad de los que entran y salen de los edificios; la presencia de un equipo de salud escolar que controles y oriente; y la capacitación permanente del personal educativo en términos sanitarios.

Los médicos subrayaron que la situación “exige estrategias innovadoras, integrales y con amplio consenso entre sectores de gobierno, trabajadores y familias”, y en esa línea recomendaron diseñar un plan curricular adaptado al contexto y con una convocatoria amplia para sostenerlo de manera colectiva. “No se trata de los intereses del personal educativo versus los padres, ni de las presiones a los diferentes niveles de gobierno. Se trata de crear espacios colectivos para construir diagnósticos de situación, identificar los problemas y diseñar intervenciones posibles a corto y mediano plazo”, aclararon, en el marco de un plan global de afrontamiento de la pandemia que tenga por objetivo principal aplastar la curva de casos para evitar muertes.

Fuente – La Capital.com.ar

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