Concluyó en la Diócesis de Reconquista la primera experiencia del camino de discernimiento, acompañamiento e integración.

«Bienvenidos de nuevo a casa». Con esta frase afectuosa y paternal, el domingo en el contexto de la solemnidad de la Santísima Trinidad, concluyó en la parroquia San Roque de Reconquista, la primera experiencia de discernimiento, acompañamiento e integración de un grupo de fieles que se encontraban en situaciones especiales.

En la misa presidida por el Obispo Diocesano, Monseñor Ángel José Macín, este admitió y dio la comunión eucarística a estos fieles que concluyeron un itinerario espiritual y de catecumenado de 7 meses.

La iniciativa fue asumida y llevada a cabo, inspirada por el Sínodo de los Obispos y por la reflexión teológico-pastoral del Papa Francisco en la exhortación Amoris Letitia, la Alegría del Amor.

 

 

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