ORACIÓN PARA LOS ENFERMOS
“Un profeta es despreciado en su pueblo y en su Flia.” (Mateo 13, 54 – 58)
Queremos que nos acompañés en esta nuestra oración, buen Jesús. Hoy escuchamos estas palabras que nacieron de tu corazón afligido por la dureza del corazón de tus paisanos. Descubrían en vos todo esa presencia divina y sin embargo se cerraban para no reconocer que vos pudieras ser el Mesías de Dios. Conocían tu origen y eso les bastaba para negar tu divinidad. Por eso exclamaste que un profeta era despreciado sólo en su pueblo y en su familia. Nosotros reconocemos que sos el Dios hecho hombre y que viniste para ser nuestra salvación. Amén.