Este lunes se cumplen 12 años de la tragedia de ECOS y la sensación de impotencia e impunidad sigue intacta para los familiares de las víctimas. Pero esperan que la Corte Suprema de Justicia haga lugar a un recurso extraordinario para revertir el fallo que declaró prescripta la causa y dejó en la nada la pena para el único condenado por el caso.

Desde la Procuración General de la Nación acompañaron el planteo que nació en la Fiscalía de Santa Fe y por el que apuestan los familiares de las víctimas: no solo para que sea castigado el conductor del micro en el que iban los chicos y la maestra fallecidos, sino para que se investiguen las irregularidades que tuvo el expediente a lo largo de su tramitación. “Necesitamos que la causa no prescriba y que quede firme la condena“, dijo Sergio Kohen, padre de uno de los chicos fallecidos.

Además, las revelaciones de los cuadernos de la corrupción y las confesiones como arrepentido de Claudio Uberti, el ex secretario del órgano que debía controlar a los concesionarios viales, movilizó a los familiares para reclamar que se reabra una investigación sobre las responsabilidades políticas de la tragedia. Señalan al propio Uberti, el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y los policías de Santa Fe, entre otros, por el estado de la ruta nacional 11. “Nuestro caso es lo mismo que pasó con Once o con Cromañon. Los funcionarios no fueron responsables directos pero hubo decisiones políticas que permitieron que esta tragedia sucediera. Nadie controlaba las rutas porque había un coimero que recibía dinero para no controlar”, explicó Kohen.

El caso

Eran un grupo de chicos del colegio Ecos que viajaron a hacer tareas solidarias de El Impenetrable, Chaco. El 8 de octubre de 2006, de regreso hacia Buenos Aires y a unos 200 kilómetros de Santa Fe capital, en el distrito de la localidad de Margarita, el micro que los llevaba por la ruta 11 se topó con un camión zigzagueante que venía por el carril contrario. El chofer no solo no bajó la velocidad ni se detuvo en la banquina a esperar que el vehículo pasara. Hizo la peor maniobra que podía haber hecho: dio un volantazo que lo hizo chocar de frente. Murieron nueve estudiantes y una maestra. También el chofer del camión –que estaba cerca del coma alcohólico- y su acompañante.

El principal acusado resultó ser el conductor del micro en el que viajaban los chicos: Oscar Atamañuk, quien afrontó tres juicios.

El primero fue en 2009. Atamañuk fue absuelto por el juez Jorge Galbucera, pero el fiscal apeló y la sentencia fue anulada por la Cámara Penal de Apelaciones de Vera.

El segundo llegó en 2011. El juez penal de Reconquista Virgilio Palud condenó al chofer a tres años de cárcel en suspenso por homicidio culposo. Pero la defensa apeló y el fallo fue anulado por la Cámara de Penal de Rafaela: el juez se había olvidado de tomarle la indagatoria al acusado.

El tercer juicio tuvo lugar en 2013. El juez Jorge Oscar Fernández dictó la condena a dos años y medio de prisión por “homicidio culposo” y “lesiones culposas” y una inhabilitación para conducir por cinco años.

Pero ya para ese entonces la defensa había iniciado un planteo de prescripción, que tiene éxito en julio de 2014 en la Cámara Penal de Rafaela, con la firma de los jueces Rodolfo Roulet, Juan Manuel Oliva y Hugo Degiovanni. Tres años después, la Corte Suprema de Santa Fe confirmó la decisión, pero el fiscal general de Santa Fe Carlos Steigmayer planteó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia.

El máximo tribunal tiene hoy el caso en estudio. La Procuración General de la Nación apoyó el pedido. Después de haber pasado por varias vocalías, el expediente se encuentra ahora en manos de la jueza Elena Higthon de Nolasco.

La versión del chofer

“Sé que no tuve la culpa”, dijo el chofer en 2016 ante una consulta periodística. Refugiado en Monte Caseros, provincia de Corrientes, Atamañuk afirmó que el “el camionero sabe lo que hizo”. “La verdad es que un tipo borracho salió a la ruta y nos chocó a nosotros. El destino coincidió con nosotros. Yo hice todo lo posible para esquivarlo, no pude, por eso soy el peor de todos. Si mi maniobra hubiera salido bien, hoy sería el mejor de todos”, dijo.

Pero entre los familiares explican cuál fue la responsabilidad del chofer.  “Muchos nos preguntan por qué vamos contra el chofer del micro. Simplemente porque era el primer eslabón de la cadena de responsabilidades –explicó a Infobae Carlos Ecker, el padre de otro de los chicos fallecidos-. Creemos que el chofer fue culpable porque todos los peritos en esta causa y los expertos dicen que su conducta hizo posible esta tragedia. Porque no frenó en la banquina esperando que ese bólido zigzagueante pasara, sino que hizo la peor maniobra que podría haber hecho un conductor profesional que fue pegar el ‘volantazo’ hacia el lado contrario de la ruta, por donde venía el camión con un chofer borracho, al borde del coma alcohólico”.

La pata política en el caso. Pero en la lista de responsables, dijo Ecker, el chofer no está solo. “La policía de Santa Fe no detuvo al camionero en todo el tramo de la ruta hasta que llegó a encontrarse con el micro, ni tampoco hicieron nada para evitarlo los concesionarios viales o Uberti o el ex secretario Jaime. Es más, después de 12 años de lucha, nuestra causa prescribe por la inoperancia de los jueces de la provincia de Santa Fe y la ruta sigue igual, sin señalización. Los concesionarios viales cobran solo para que vos puedas circular”.

En ese contexto, Ecker sostuvo que la sensación es que la justicia de Santa Fe fue cómplice para que la causa prescriba, mientras el rol de los papás de los fallecidos se veía limitado porque esos tribunales provinciales no está habilitado el papel del querellante. “Durante todos estos años viajamos muchas veces a ver qué pasaba con la causa y pudimos ver gran parte de estas irregularidades que llevaron ahora a que la causa prescriba. Esperemos que la jueza Highton tenga la valentía como para generar un antecedente de estas características y revertir el mamarracho que hicieron con esta investigación”.

Ecos de los cuadernos

Tal como lo informó  el 21 de agosto el periodista Diego Schurman en Infobae, los padres de los chicos fallecidos en la tragedia de Ecos buscan también reactivar una denuncia que en 2007 había sido desestimada por el juez Daniel Rafecas. Allí se acusaba a Uberti, al ex secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime; al ex subsecretario de Transporte Automotor, Jorge González, y a quien fuera jefe de la policía de la provincia de Santa Fe al producirse el hecho, comisario Jorge Pallavidini por el estado de la ruta 11 al momento del accidente.

La decisión de pedir que se reabra la causa tiene relación con las confesiones que hizo Uberti ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio en un acuerdo como imputado-colaborador en donde el ex titular de las concesiones viales contó que cobraba coimas de 150 mil dólares por mes por los corredores con peaje.

“Todavía no hemos presentado el pedido, estamos esperando que haya una confirmación al procesamiento del juez Bonadio”, añadió Kohen en diálogo con este medio.

Conduciendo a Conciencia. La muerte de los chicos tuvo otro correlato. Sus familiares armaron la ONG “Conduciendo a Conciencia” para concientizar el manejo responsable. Tuvieron un apoyo especial desde el primer momento. El del músico Luis Alberto Spinetta, que se compenetró con la tragedia porque su hija Vera había sido alumna del colegio de Villa Crespo y amiga de los chicos que murieron. Después de la absolución del chofer, Spinetta apareció en el show del noveno aniversario de la tragedia con una remera decía: “Todos fuimos. Todos somos. Todos podemos ser”. Hoy, habrá un show en La Trastienda junto a León Gieco y Javier Malosetti, entre otros, en homenaje de estos 12 años.

 

Fuente – Infobae

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