Dos víctimas de secuestros atribuidos a un grupo de tareas de la Guardia Rural Los Pumas del norte santafesino, ocurridos en febrero de 1977, reconocieron hoy a Omar Noce como uno de los autores de los delitos.

Noce es uno de los dos policías imputados en el último tramo de la causa «Sambuelli», que está siendo juzgado por el Tribunal Oral Federal de Santa Fe (TOF). El presidente del TOF, José María Escobar Cello, escuchó en la sede del Juzgado Federal de Reconquista a los testigos Juan Antonio Giordano, de 81 años, y a Máxima Ortiz, ambos docentes residentes en la ciudad de Vera secuestrados en 1977 y llevados al cuartel general de Los Pumas en la localidad de Santa Felicia, donde trabajó Noce entre 1974 y 1979.

Giordano fue conducido en ambulancia desde Vera hasta Reconquista e ingresó a la sede del juzgado en silla de ruedas, pero ante el juez “brindó un testimonio preciso y contundente que dejó en claro la participación de Noce en los secuestros”, según lo expresado por voceros de la querella.

Ex intendente de Vera, Giordano no pudo declarar al inicio del juicio, en la ciudad de Santa Fe, debido a problemas de salud, pero hoy señaló que no tiene dudas de que Noce fue uno de sus captores porque lo conocía de antes. «Yo lo conocía como Omar porque lo había frecuentado en razón que su mujer es de Vera, y luego, al verlo en la Guardia Rural, supe que se trataba del policía Omar Noce”, dijo Giordano en diálogo con la agencia Télam.

En igual sentido se manifestó la docente Máxima Ortiz, quien también estuvo detenida en la sede de la policía rural, aunque aclaró que no recibió golpes ni torturas como sus compañeros de cautiverio que ya declararon en el juicio, como Héctor Manni y Humberto García.

“Noce estaba dispuesto a golpearme, tenía un trapo en la mano como para amordazarme, pero su jefe, que era un policía de apellido Gaitán, me salvó al decirle que no me agrediera”, rememoró Ortiz en diálogo con Télam.

La toma de declaraciones testimoniales fue la primera actividad del juez Escobar Cello en Reconquista, y luego encabezó una recorrida por la Jefatura de Policía, sede de la Unidad Regional IX, sitio que próximamente será señalado como centro clandestino de detención. Lo hizo acompañado por el fiscal federal Martín Suárez Faisal, los abogados querellantes Iván Bordón y Cecilia Sotelo, además de los testigos-víctimas Rubén Maulín y Víctor González, quienes estuvieron detenidos en esa sede policial, lindante con la catedral Inmaculada Concepción y frente a la plaza principal de Reconquista.

Fuentes de la querella explicaron que en esta ocasión no se intentaba probar el carácter de centro clandestino de detención de la Jefatura, porque ya quedó establecido en juicios anteriores, sino que la diligencia apuntó a un reconocimiento de celdas y oficinas por parte de Maulín y de González, que pasaron por esa unidad policial.

Texto – Télam

Fuente y fotos – Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos

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