El Obispo Diocesano Mons. Angel J. Macín presidió la liturgia de la Misa Crismal en la
Semana Santa 2024. Participaron de la misma los sacerdotes de la Diócesis, excepto los que están lejo o enfermos por quienes el Obispo pidió de manera particular.

En la noche del miércoles Santo, durante la celebración de la Misa Crismal, el obispo diocesano, Mons. Dr. Ángel José Macín, renovó las promesas sacerdotales del presbiterio, y consagró el Santo Crisma, el Óleo de los Catecúmenos y de los enfermos.

Con esta celebración, como comunidad cristiana, disponemos nuestros corazones para vivir el momento central de esta Semana Santa que ha dado comienzo el Domingo de Ramos y concluirá el Domingo de Pascua.

Asimismo, recordamos la recomendación que nos hiciera nuestro Obispo Diocesano junto con Cáritas Diocesana «PARA UNA PASCUA SOLIDARIA» con aquellos que están pasando situaciones difíciles, con la propuesta sencilla de:

– Quienes se sientan motivados, pueden privarse de alguna cosa y acercarla a algún familiar, a algún vecino o conocido, que no está pasando bien este tiempo. Que el gesto sea directo, y brote espontáneamente de la caridad.

– Aquellos que no conozcan situaciones de este tipo o desean hacerlo de un modo reservado o anónimo, podrán acercar durante los días de Semana Santa, especialmente al Vía Crucis del Viernes Santo, alimentos esenciales a los lugares de culto (arroz, fideos, harina, azúcar, leche, aceite), que luego serán administrados para su distribución por Caritas Parroquial.

– Si alguna parroquia recibe excedentes en los aportes, rogamos se comuniquen con Caritas Diocesana para que redistribuya los mismos a lugares más alejados y en situaciones de emergencia alimentaria.

Invitamos a todos a participar de las distintas celebraciones que se realizarán en las parroquias que integran nuestra iglesia particular y a realizar nuestro aporte generoso por aquellos que lo necesitan.

La Misa crismal es de las celebraciones que mejor expresan la comunión del obispo con su presbiterio.

Esta celebración es una “fiesta del sacerdocio”. En efecto, con la Misa crismal, la Iglesia pone la mirada en el único y verdadero sacerdote que es Jesucristo el Señor. Cristo por el misterio de la Encarnación se ha hecho hombre: el mismo Dios, se hace hombre para poder ofrecerse en favor de los hombres. Él asume la naturaleza humana para hacernos a nosotros eternos. Y por ello se convierte en el único mediador entre Dios Padre y los hombres. Con su ofrenda quedan abolidos los antiguos sacrificios. Él ha realizado el único y verdadero sacrificio que permanece en el tiempo y no pasa. Nos ha dejado como prenda de este misterio la Eucaristía, por la cual renovamos y actualizamos este único sacrificio.

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