El campo protagonizó este sábado una nueva protesta histórica con convocatorias en distintos puntos del país.
La manifestación central se dio en Buenos Aires, donde productores de distintos lugares de la capital del País marcharon hacia el Obelisco y luego se estacionaron en Plaza de Mayo.
Todo inicio a las 15 horas del sábado 23 de abril de 2022, cuando llegaron hasta Plaza de Mayo, al frente de la Casa Rosada en la Ciudad de Buenos Aires, los primeros tractores que formaron parte de esta histórica protesta protagonizada por productores agropecuarios en contra de las políticas del Gobierno nacional.
A nivel local, el sector productivo del Norte Santafesino se congregó a las 14.30 horas en Ruta Nacional N° 11 y la Ruta Provincial N° 31 en Avellaneda de donde dijo presente y se sumó a esta gran movilización con el objetivo de mostrar apoyo a todos los colegas que estaban en Buenos Aires y en otras provincias de nuestro país. A su vez, realizaron una caravana por toda el área metropolitana.
La concentración en la zona fue masiva como en el resto del país. No solo se sumó el sector agropecuario, también participo el comercial, industrial, emprendedores, docentes y vecinos en apoyo.
Todas las manifestaciones fueron en simultáneo, en ellas, se levantó la bandera del campo como lucha contra los impuestos elevados que deben pagar y contra las políticas que se toman que sol son trabas a la producción, el comercio y crecimiento del país, expresaron algunos de los convocados.
En particular, los productores de la zona, unidos leyeron la siguiente proclama:
Productores, comerciantes, pymes, empleados, emprendedores, profesionales; todos los que vivimos de nuestro trabajo y producción hemos venido hasta acá para decir:
Basta de OPRESIÓN impositiva. Ya no se trata sólo del desdoblamiento cambiario que afecta a los exportadores, ni de las retenciones que esquilman al campo, sino de más de 170 impuestos que agobian a todas las actividades productivas, superponiéndose a nivel nacional, provincial y municipal.
Hemos venido hasta acá para reclamar a nuestra clase política un país con menos impuestos; un país donde el estado se ajuste a un presupuesto como hace cualquier familia; donde no se gaste más de lo que entra y no se busquen atajos con emisión monetaria que genera inflación o con endeudamiento que pagarán nuestros nietos.
Hemos venido hasta acá a reclamar al oficialismo, basta de incentivar el odio de clase, de atacar a la producción, de andar como «pungas» viendo donde pueden pegar el manotazo (como el último, el impuesto «a la buena suerte» fundado en la guerra en Ucrania; por esta guerra decenas de países redujeron sus impuestos, acá decidieron aumentarlos).
Hemos venido hasta acá a reclamar también a la oposición porque muchas veces han levantado la mano votando nuevos tributos o cuestiones que obligan a aumentarlos para financiarlas (cómo la obligación de adoctrinar a empleados y niños en «ideología o teoría de género», lo que ha merecido la valiente reacción de docentes de nuestra región).
Hemos venido hasta acá a hacer un mea culpa por haber permitido, por ignorancia, pereza o comodidad, llegar a este estado de degradación económica, institucional, moral y cultural.
Hemos venido hasta acá a denunciar la mentira. Mientras nos hablan de los pobres, de la redistribución del ingreso y de la concentración, estas políticas de saqueo y opresión impositiva multiplican los pobres y la concentración, como lo vemos en nuestra colonia, donde antes un colono vivía con 30, 40 o 50 hectáreas y hoy es inviable con menos de 500 (en el mejor de los casos).
Hemos venido hasta acá no porque seamos egoístas y avaros, como dice el gobierno, sino porque sabemos que somos la solución y no el problema. Porque estamos convencidos que un peso en manos privadas rinde más, se redistribuye y se multiplica mejor, que en manos de un estado devorador e insaciable.
Hemos venido hasta acá para gritar que no le vamos a regalar este hermoso país a los zánganos de la colmena. Estamos dispuestos a quedarnos y a luchar por nuestra libertad.
Esta es nuestra protesta y esta es nuestra propuesta:
ANÍMENSE A PENSAR UN PAÍS CON MENOS IMPUESTOS. GASTEN MENOS. No pedimos que nos den una mano, sino que nos saquen el pie de encima.