Se estima que más de 100.000 mil personas padecen esta enfermedad neurodegenerativa en Argentina. Su incidencia va en aumento y algunos estudios indican que podría duplicarse en los próximos 20 años.
El 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en conmemoración de la fecha de 1755 en la que nació el médico británico James Parkinson, autor de varios trabajos sobre la enfermedad del sistema nervioso que describió como «parálisis agitante» y que lleva su nombre.
El Dr. Hugo Valderrama -médico neurólogo, Máster en Neurociencias, Mat. 5010- aportó datos precisos para posibilitar su detección temprana.
– Si tengo temblores ¿puede ser Parkinson?
– No todos los temblores son Parkinson y no todos los que sufren Parkinson tienen temblor. Existen también otras causas de temblores más frecuentes, como el llamado «temblor esencial», el que no tiene consecuencias graves.
– ¿Cómo los diferenciamos?
– Primero, ante la duda de aparición de cualquier posible síntoma, se debe consultar a su médico especialista. En términos generales, el «temblor esencial» se incrementa con el movimiento delicado, por el contrario, el temblor por Parkinson ocurre frente al reposo con la musculatura relajada. Pero hay más síntomas que encabezan los criterios para el diagnóstico para esta enfermedad, además del temblor.
– ¿Cuáles son?
– Los dos más importantes son lentitud (bradicinesia) y rigidez. El orden y los tiempos de aparición son variables. Es muy frecuente sentir que una pierna, un brazo, o la mitad del cuerpo, tienen menor balanceo, movimiento y/o flexibilidad.
– ¿Siempre progresan?
– La forma y velocidad de evolución de la enfermedad es muy variable, varía de persona en persona. A pesar de ser clasificada como progresiva, hay personas que se mantienen en una meseta o con síntomas muy leves. En otros casos el avance es más rápido.
– ¿Tiene cura y si no, cómo se la pueda contrarrestar?
– Actualmente no es una patología curable, pero sí tratable; tanto con tratamiento no farmacológico que siempre debe estar presente, como con tratamiento farmacológico. Y existen también posibilidades quirúrgicas para casos determinados.
– ¿Cuál es el tratamiento no farmacológico?
– Principalmente diferentes formas de ejercicio físico de forma diaria, adaptados a los estadios evolutivos, por cuenta propia y/o asistido. Además asesoría evolutiva sobre las estrategias de autonomía y cuidado, terapia psicológica en aquellos que lo requieran y mantener hábitos para un cerebro saludable.
– ¿Qué consecuencias se presentan en una etapa severa?
– Puede traer aparejado alteración en el equilibrio, para caminar y para cualquier tipo de movimiento, incluyendo la movilidad del rostro o músculos deglutorios. A veces se presentan otros síntomas asociados, como depresión, alteraciones cognitivas, insomnio, alteraciones en el olfato, constipación…. inclusive antes del temblor o la lentitud.
– ¿También el ejercicio físico y los hábitos para un cerebro saludable ayudan a prevenir esta enfermedad?
– Efectivamente. Realizar ejercicio aeróbico al menos 20 minutos de forma diaria, combinando los que requieran estímulo de reflejos y equilibrio, como ser distintas formas de baile, tenis, fútbol, aeróbic o acuarobic, etc., sumado a una nutrición saludable, dormir correctamente, mantener nuestras funciones mentales con pequeños y variados objetivos, y una vida social saludable.