La nueva denominación rendirá homenaje en su anverso a dos destacadas personalidades de la salud y en el reverso al Instituto ANLIS-Malbrán, de destacada labor durante la pandemia.
Más allá de las razones económicas que hacían necesaria la creación de billetes de una mayor denominacion, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió dedicar el nuevo papel moneda de $2.000 a dos personalidades y un instituto de los más destacados de la historia científica del país.
En la parte principal del billete se destacarán los rostros de la doctora Cecilia Grierson y el doctor Ramón Carrillo y en la cara opuesta la fachada del Instituto ANLIS-Malbrán. La propia entidad monetaria precisó en un comunicado que “el nuevo billete, diseñado en colaboración con Casa de Moneda, conmemora el desarrollo de la ciencia y de la medicina en la Argentina”.
Por eso, “tendrá como protagonistas al Instituto Malbrán, y a la Dra. Cecilia Grierson y al Dr. Ramón Carrillo, precursores en el desarrollo de la medicina de nuestro país”. Y explicó que, “en el anverso del billete estarán las figuras de Grierson y Carrillo y en el reverso del billete se representa al edificio del Instituto Nacional de Microbiología Dr. Carlos G. Malbrán”.
Tanto las dos personalidades mencionadas como el organismo que decidieron ser homenajeados con el nuevo billete de máxima denominación, cuentan con sobrados méritos para ser exaltados. Estas son sus historias:
La doctora Cecilia Grierson
Fue la primera médica del país, recibida el 2 de julio de 1889 en la Universidad de Buenos Aires, en tiempos en que, si bien no había una restricción expresa para que las mujeres ingresaran a la universidad, los requisitos eran tales que lo hacían casi imposible. Por ejemplo, los alumnos debían saber latín y el único lugar donde podía estudiarse era en el Colegio Nacional de Buenos Aires, que por entonces era sólo masculino.
Aunque nacida en Buenos Aires, pasó parte de su infancia en Uruguay y la provincia de Entre Ríos. Hija de inmigrantes escoceses, nació el 22 de noviembre de 1859. Fue una luchadora por los derechos de las mujeres, junto con Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson y Julieta Lanteri.
En su primera parte de vida adulta fue maestra, recibida en 1878, pero su vida dio un vuelco cuando una amiga se enfermó y ella sintió la fuerte inquietud de buscar una cura para el trastorno respiratorio que padecía. Entonces tomó la decisión de estudiar medicina, algo que por entonces aparecía como imposible por su condición de mujer.
Fue una médica, pionera en el campo de la obstetricia, la kinesiología y la puericultura y una gran difusora de primeros auxilios. Grierson fundó varias instituciones que dejarían una huella imborrable en la historia del país. En 1886 creó la Escuela de Enfermeras, más tarde la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la Asociación Obstétrica Nacional de Parteras. Fue vocal de la Comisión de Sordomudos, secretaria del Patronato de la Infancia, inspectora del Asilo Nocturno. Ejerció la docencia universitaria y en su consultorio particular se ocupó también de los niños sordomudos.
Incansable luchadora por los derechos de las mujeres, en 1899 participó en Londres del Congreso Internacional de Mujeres, que la eligió vicepresidente. Poco después, en 1900 fundó el Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina y más tarde la Escuela Técnica del Hogar. Creó, además, el Liceo Nacional de Señoritas fue presidenta del Primer Congreso de la Sociedad de Universitarias Argentinas y formó parte del grupo fundador de la Sociedad Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social.
A pesar de su gran aporte a la salud y la ciencia, Grierson pasó sus últimos años en la localidad de Los Cocos, Córdoba, sobreviviendo con una escasa jubilación, donde murió el 10 de abril de 1934, a los 74 años.
Además, del reconocimento que se le hará incluyendo su rostro en el nuevo billete, la vacuna bivalente que están desarrollando científicos argentinos contra el COVID-19 también la recuerda, ya que se decidió que lleve el nombre de ARVAC- Cecilia Grierson.
El doctor Ramón Carrillo
El médico Ramón Carrillo es considerado el padre del sanitarismo en la Argentina. Fue un destacado neurólogo y neurocirujano, que impulsó una fuerte transformación en la salud pública del país, creando instituciones sanitarias gratuitas y permitiendo así una mayor equidad en la atención médica.
Carrillo había nacido en Santiago del Estero, el 7 de marzo de 1906 y ocupó por primera vez el cargo de ministro de Salud de la Nación. Esta función comenzó ejérciéndola en 1946, como secretario de Salud, hasta que el entonces presidente Juan Domingo Perón decidió jerarquizar el puesto.
Ese cargo lo ejerció durante ocho años y su labor fue muy destacada. Entre 1946 y 1951 se construyeron 21 hospitales con una capacidad de 22.000 camas. En colaboración con la Fundación Eva Perón, se construyeron en esos años policlínicos en Avellaneda, Lanús, San Martín, Ezeiza, Catamarca, Salta, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero, San Juan, Corrientes, Entre Ríos y Rosario. Durante la gestión de Carrillo se dispuso la gratuidad de la atención de los pacientes, los estudios, los tratamientos y la provisión de medicamentos. Creó un novedoso tren sanitario recorría el país durante cuatro meses al año, haciendo análisis clínicos y radiografías y ofreciendo asistencia médica y odontológica hasta en los lugares más remotos del país, a muchos de los cuales nunca había llegado un médico
Creía que la cura de las enfermedades debía orientarse “no hacia los factores directos de la enfermedad –los gérmenes microbianos– sino hacia los indirectos”, como “la mala vivienda, la alimentación inadecuada y los salarios bajos –sostenía– tienen tanta o más trascendencia en el estado sanitario de un pueblo, que la constelación más virulenta de agentes biológicos”.
Murió en Belem do Pará, el 20 de diciembre de 1956. En 1954, por razones políticas había tenido que renunciar a su puesto, y partió a Nueva York con una beca, pero luego por motivos económicos se trasladó a trabajar a Brasil.
El Instituto Carlos Malbrán
El nuevo billete llevará, además en su reverso la fachada de la actual sede central de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (A.N.L.I.S.). Esta institución fue fundamental en la gestión de la pandemia por COVID-19 en el país, desde el diagnóstico del paciente cero con coronavirus en la Argentina, en marzo de 2020, al trabajo actual de vigilancia de las cepas que circulan.
Cuando se inició la pandemia puso a punto la tecnología PCR en tiempo real para la detección del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Se realizó luego un proceso de descentralización del diagnóstico, aunque su laboratorio siempre siguió procesando muestras, como por ejemplo, las del Plan DetectAR en barrios populares.
Este instituto creado a comienzos del siglo XX recibió sucesivamente los nombres de Instituto Bacteriológico “Carlos G. Malbrán” (1941); Instituto Nacional de Microbiología (1957) e Instituto Nacional de Microbiología “Dr. Carlos G. Malbrán” (1963). Es uno de los principales centros de investigación de microbiología en el mundo y allí trabajado eminentes científicos, como los premios Nóbel Bernardo Houssay y César Milstein.
El doctor Carlos Gregorio del Carmen Malbrán fue uno de los impulsores de la creación del instituto de bacteriología. Había nacido en 1862 en Andalgalá, Catamarca y estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Fue el fundador de la cátedra de Bacteriología y vicedecano de esa Facultad, además de senador nacional. Fue un gran impulsor de la salud pública del país y trabajó también en la prevención, profilaxis y tratamiento de la malaria, el quiste hidatídico y la lepra.
En 1902 fue autorizado a gestionar ante el Directorio del Banco Nacional la transferencia de unos terrenos en el barrio porteño de Barracas para la construcción del Instituto Nacional de Microbiología y Conservatorio de Vacunas, que luego llevaría su nombre.