La conductora Maju Lozano reveló que le detectaron TEA a los 51 años. Esto puede deberse a un “enmascaramiento” realizado especialmente por las mujeres para adaptarse al entorno. Cómo identificarlo, según los especialistas.
Recientemente, la conductora Maju Lozano sorprendió contando que la habían diagnosticado trastorno del espectro autista (TEA). “Soy autista. Para mí fue volver a nacer, reconstruir 51 años de dudas, de buscar explicaciones donde no las había”, aseguró la conductora.
La demora en el diagnóstico puede deberse a un mecanismo de defensa, llamado masking o camuflaje, que utilizan las personas con autismo, especialmente las mujeres, para poder adaptarse a las demandas del entorno.
Alexia Rattazzi, psiquiatra infantojuvenil, (MN 101.875), directora ejecutiva de Programa Argentino para la Niñez, Adolescencia y Adultez de Personas con Condición del Espectro Autista (Panaacea) explicó a Infobae: “El masking, que es la palabra en inglés para ‘enmascaramiento’ o ‘camuflaje’ en castellano, alude a aquellas personas que intentan enmascarar, camuflar o disimular algunas características que tienen, generalmente asociadas a su neurodivergencia, o sea esas características atípicas que los hace como distintos a los demás, para encajar en el ámbito social”.
“Lo que hacen como estrategia es observar a otras personas en quienes ven que se les da como más sencillo interactuar e imitar y copiar su comportamiento, lo cual requiere mucha energía y dedicación. Es una estrategia comúnmente utilizada por personas en el espectro autista”, completó Rattazzi.
“Con frecuencia, es más difícil diagnosticar los trastornos del espectro autista en los adultos que en los niños. En los adultos, algunos síntomas del espectro autista pueden coincidir con los de otros trastornos de salud mental, como el trastorno de ansiedad o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad”, afirmó el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
De acuerdo con los especialistas del centro de salud e investigación estadounidense Clínica Mayo, “el trastorno del espectro autista (TEA) es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos”.
Las personas con esta condición, suelen tener presentar particularidades en el procesamiento de los estímulos sensoriales como intolerancia a ciertos sonidos, fascinación por el movimiento de objetos o preferencia por determinadas texturas. Los síntomas se manifiestan primariamente en los primeros dos años de vida, aunque la detección suele tardar algunos años más. Incluso, los expertos afirman que en la actualidad cada vez son más los adultos que llegan a ese diagnóstico.
El masking suele ser más frecuente en las mujeres, si bien también existen los varones. “Esto ocurre porque, en general, las mujeres suelen tener biológicamente cierta facilidad para la interacción social y la comunicación. Entonces son estrategias que les son más sencillas de realizar, como comunicarse, imitar gestos y acciones y formas de interactuar que tienen otras personas, para ser como la mayoría”, afirmó Rattazzi y completó: ”Así que lo que vemos es personas que están actuando de una manera como si fueran otras personas justamente con el objetivo de pertenecer o de estar bien a nivel social adentro de un grupo”.
Rattazzi señaló que hay muchos adultos en estos últimos tiempos que están identificando tener estas características de autismo. “Cuando hablamos de masking hablamos de enmascarar ciertas características de la identidad de una persona, de la manera de ser. El hecho de no tener un diagnóstico a lo largo de la vida o poder tenerlo en la vida adulta es porque estas características no se identificaron antes en la niñez o adolescencia”.
Y esto pasa a menudo en personas que tienen altas habilidades comunicativas y sociales, que pasan por debajo del radar durante muchos años y que nadie ha identificado ni las propias personas tampoco. “Pero estas características sí estuvieron a lo largo de la vida de esa persona, esto es importante aclararlo. Las características de autismo no aparecen de repente de un día para otro en la vida adulta sino que forman parte de la personalidad, de la manera de procesar de la persona”, completó la directora ejecutiva de Panaacea.
Existen muchos adultos que han estado en la búsqueda de su identidad y llegan al diagnóstico con mucho agotamiento, esto se llama fatiga de identidad. Por eso encuentran un real alivio en un diagnóstico de autismo. “La fatiga de identidad es el cansancio o el agotamiento asociado justamente a estar actuando como si fueras otra persona. Si vos estás todo el tiempo imitando o actuando o haciendo un personaje, como aparentando ser otra persona que no son tus características identitarias, eso requiere de un altísimo nivel de energía, o sea de mucho esfuerzo, mental, emocional. Son personas que están durante todo el día, tal vez, usando estas tres estrategias de masking y cuando vuelven a sus casas están realmente agotadas y necesitan descansar y desconectar con todo”, explicó Rattazzi.
¿Existe un tratamiento para el masking?
La doctora Rattazi que “el masking no es algo que se trate, porque no es algo que esté mal. Es una estrategia que algunas personas usan como de adaptación, para tratar de resolver algunas cuestiones. Entonces no es que hay que tratarlo, en todo caso hay que identificar y poder darle a esa persona herramientas que no sean tan costosas a nivel emocional, para afrontar la vida social. Es importante remarcar que las características en sí que tienen que ver con el autismo, no necesitan tratamiento”.
“Lo que sí necesita claramente tratamiento, cuando hablamos de alguien que tiene una condición del espectro autista o síndrome de Asperger, o cualquiera de las condiciones asociadas al autismo, es muy importante tratar todos los cuadros asociados de salud mental, por ejemplo la ansiedad, la depresión y brindarles apoyos y sistemas efectivos de apoyo a la comunicación a las personas autistas que tienen barreras grandes en la comunicación”, completó.
También afirmó la médica que es muy importante que todas las personas que tienen algún problema médico concomitante o sufren, por ejemplo, conductas desafiantes o de mucha desregulación que impliquen daño para sí mismas o para otros, brindarles apoyo para prevenir. “También es muy importante brindar tratamiento a los desórdenes del procesamiento sensorial que son cuadros que hacen sufrir mucho a las personas que están dentro del espectro autista y bridar apoyo para superar todas aquellas cuestiones que interfieren en la consecución de objetivos o del ejercicio de derechos de estas personas”.