El Obispo de la Diócesis de Reconquista, Ángel José Macín, ha ofrecido reflexiones profundas sobre el papel de la Iglesia en medio de la difícil coyuntura que enfrenta Argentina.
En su paso por los estudios de Radio Amanecer, el Obispo destacó el proceso sinodal en curso en la Iglesia, que ofrece opciones pastorales para guiar a la comunidad diocesana en estos tiempos desafiantes. Enfatizó que la Iglesia está comprometida con la realidad que vive la comunidad argentina y busca adaptarse a esta nueva situación.
Macín subrayó la importancia del diálogo y el consenso en el episcopado para abordar las complejidades de la realidad actual. Además, mencionó la necesidad de un trabajo concreto en la región, resaltando el documento «Construyamos juntos la fraternidad» como una guía basada en principios de la doctrina social.
Además advirtió sobre los riesgos de la liberalización total y la necesidad de equidad en el mercado, señalando que la realidad concreta muestra la creciente necesidad en los comedores y la difícil situación de muchos argentinos.
En este contexto, Macín afirmó que la Iglesia tiene la responsabilidad de iluminar y fomentar la reflexión a través de la doctrina social, así como de ofrecer atención inmediata a quienes lo necesitan. Destacó la importancia de generar debates y propuestas alternativas para enfrentar los desafíos actuales.
«El Camino sinodal sigue su ritmo y da opciones pastorales, mediante un esquema simple, que nos contiene y orienta como comunidad diocesana, eso está vinculado al camino sinodal de la iglesia».
«Ese camino es abierto por lo que no quita aspectos de la realidad. La iglesia esta encarnada en una situación histórica, la iglesia en Argentina no puede y no quiere estar ajena a la realidad que vive la comunidad. Toda la comunidad está viviendo un momento difícil. No nos resulta fácil como a muchos, es un cambio muy fuerte, el episcopado debe reacomodarse a nivel conducción para ver como iluminar esta nueva realidad. Eso se está tratando de hacer. No alcanzan a satisfacer los cambios, algunos son positivos otros no van a hacer bien a la democracia ni al pueblo argentino».
«Desde el episcopado tenemos que ir logrando consensos y conversando mucho. A esto sumar el trabajo concreto en la región, allí sacamos un documento, “Construyamos juntos la fraternidad”. Basada en principios de la doctrina social y donde hay cuestiones incompatibles con la democracia, no hay mesianismo, tenemos que construir la salvación entre todos. El estatismo ni la omnipresencia del estado que sofoca la vida del pueblo, ni la desregulación o liberación de todo tampoco son caminos para construir una democracia sólida».
«Nosotros estamos pendulando entre una y otra. No para imponer, sino para comunicar nuestra posición, e invitar a todos a comprometerse. Ver diferente para que se incorporen cuestiones diferentes y valiosas. Y pensar dos veces otras que nos pueden llevar a situaciones de más pobrezas».
«La liberalización de todo no logra equidad. Ese principio tendría que haber sido valido ya en la Revolución Industrial y no lo fue. El mercado no regula solo las cosas, lo hacen las empresas que se agrupan y son monopolios, ante eso quien plantea o quien se opone al mercado».
«La realidad concreta nos dice que los comedores están sin fondos, cada vez hay más chicos con esta necesidad y no se las pueden atender. Se suman pobrezas, la realidad está difícil. Antes tampoco estábamos bien, vivíamos situaciones difíciles, el país caminaba hacia una crisis difícil. Ahora lo estamos experimentando y hay que elegir si comer o comprar remedios».
En esta difícil realidad, la Iglesia tiene la responsabilidad de tratar de iluminar, ayudar a la reflexión de todos con la doctrina social de la iglesia, es el marco seguro y luminoso para tratar estos temas y acercarla a distintos ámbitos y estamentos del estado como organizaciones, instituciones, sindicatos, gobiernos».
«En ese sentido nos toca estar y también en la atención inmediata. Iluminar para que se pueda generar una reacción y propuestas distintas, mediante espacios de debates».