Rolando Galfrascoli, Subsecretario de Persecución Penal, compartió a través de Radio Amanecer su perspectiva respecto al Caso Loan, señalando las limitaciones con las que contaban cuando ocurrió el caso de Maxi Sosa en la localidad de Ceres cuando lo vieron por última vez, el 21 de diciembre de 2015. «Nos tocó muy de cerca y me siento culpable», confesó, refiriéndose a la búsqueda de Maxi que en ese entonces tenía tan sólo 3 años.
Maxi Sosa.
Galfrascoli era el subsecretario de Investigación Criminal de la provincia, encargado de la investigación por ese entonces con Maximiliano Pullaro como Ministro de Seguridad de la Provincia. Destacó los cambios que han tenido lugar en los ministerios de Seguridad a lo largo de los años en la provincia: «con las capacitaciones de funcionarios, policías, especializaciones en investigación y crímenes organizados, la robustez de las fuerzas, y leyes como la Alerta Sofía y la Ley Micaela, el caso de Maxi habría sido distinto», afirmó.
El ex funcionario lamentó las malas condiciones con las que trabajaron: «Tuvimos pocas fuerzas de seguridad, ignorancia, testarudez de funcionarios y policías, y falta de estructuras que obliguen a proceder». Galfrascoli aseguró que, de haber contado con todas las fuerzas provinciales y federales unidas, podrían haber blindado la provincia. «Solo pudimos movilizar la policía local y provincial en Ceres, donde hubo un operativo muy rápido, pero no en toda la provincia, con kilómetros de fronteras, pasos fluviales y terrestres, y pistas clandestinas. Eso con las fuerzas federales hubiese cambiado».
Loan Peña.
Galfrascoli expresó su intención de mejorar la coordinación entre todas las fuerzas para proteger la provincia y los lugares donde se frecuenta el tráfico de personas. Reconoció la dificultad de seguir el caso Loan y su sentimiento de culpa por el caso de Maxi. «Estaba en el ministerio de seguridad y no apareció Maxi. Cuatro personas fueron llevadas a juicio y absueltas, no le dimos una respuesta a la familia. Tenía una coordinación gerencial, pero me siento responsable».
Galfrascoli añadió que evita escuchar opiniones inmediatas y prefiere centrarse en lo escrito.
«La trata en Argentina está instalada y ha mutado. Uno de los delitos fuertes en nuestra provincia es el narcotráfico y la trata de personas». Recordó cómo en los años 2000 la trata con fines sexuales estaba presente en el centro y norte del país, mientras que el proxenetismo se daba en el sur y la Patagonia.
Destacó la política integral de cerrar clubes, prostíbulos y whiskerías, y cómo esa lucha ha reducido significativamente estos lugares. Sin embargo, reconoció que la trata de personas con fines de explotación sexual sigue existiendo, especialmente fuera del país o en la línea de frontera.
Por la desaparición de Maxi, su abuela, Patricia Sayago, estuvo presa durante cuatro años y unos meses acusada de haberlo vendido a una red de trata pero fue finalmente absuelta por el beneficio de la duda.
«El macabro comercio de niños, con fines de pornografía infantil, pedofilia, ventas de bebés y tráfico de órganos, sigue existiendo en nuestro país», precisó.