Luis Paravano, representante del Centro de Empleados de Comercio de Reconquista, informó sobre la participación en dos significativos encuentros mercantiles, realizados en la sede del gremio los días 20 y 21 de agosto.

El primero de estos encuentros tuvo lugar el 20 de agosto y estuvo dedicado a mujeres afiliadas al gremio.

Organizado por la Secretaría de Mujeres de la Federación de Empleados de Comercio, contó con la participación de 150 mujeres de todo el país, de las cuales el 90% eran afiliadas al gremio y empleadas del sector.

Durante el evento, se abordaron temas relacionados con la violencia de género y se compartieron herramientas para el autocuidado. Además, las participantes intercambiaron historias y opiniones, culminando la jornada con una cena.

El 21 de agosto se llevó a cabo la reunión de la regional santafesina de empleados de comercio, que contó con la presencia de delegados de filiales de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires, y otros puntos del país.

En este encuentro se discutieron temas clave como el contexto actual, la Ley de Bases, y los desafíos que enfrentan los sindicatos bajo la administración del gobierno nacional. Se abordaron también las dificultades que enfrentan los gremios en cuanto a los recortes de aportes, lo cual afecta su capacidad para resolver problemas y brindar soluciones.

«Los gremios son una mala palabra para el gobierno de Milei», señaló Paravano, quien expresó su preocupación por la posibilidad de una reducción en los aportes que realiza el empleado de comercio, lo que dificultaría enormemente la sostenibilidad de la caja gremial. Asimismo, destacó la necesidad de consenso y diálogo, aunque reconoció que la situación es complicada, especialmente con una pauta salarial que no supera el 2% mensual, mientras que la inflación supera el 4% por mes.

Respecto a la obra social de los empleados de comercio (OSECAC), Paravano subrayó que la situación es igualmente complicada. Aunque destacó la calidad del servicio que ofrece OSECAC, advirtió sobre los desafíos financieros que enfrenta la obra social debido a la alta inflación, las nuevas tecnologías y la obligación de brindar las mismas prestaciones a todos los afiliados, incluidos monotributistas, discapacitados y mujeres embarazadas, a pesar de las diferencias en los aportes. «No estamos en contra de prestar servicios a todos, pero necesitamos readecuar esta cuestión de ingresos para poder brindar un mejor servicio», concluyó.