Ezequiel, integrante del grupo El Buen Samaritano, compartió detalles sobre el proceso de reinserción social que están llevando a cabo, mediante la producción y venta de pan.
Este emprendimiento tiene como objetivo ayudar a aquellos que han superado adicciones y están en procesos de recuperación a experimentar su regreso a la sociedad.
Según explicó Ezequiel, el grupo comienza su jornada a las 5 de la mañana, desplazándose en bicicleta hasta la panadería, donde trabajan los panes y los hornean para luego salir a vender la primera tanda a las 8 de la mañana. Para las 10 ya está lista la segunda tanda de panes, que también se comercializa a lo largo del día. Los lunes y viernes son los días en los que más ventas se registran, aunque también salen a vender los sábados.
«Es un buen producto a buen precio, y la gente responde comprando. Todos colaboran, lo que nos ayuda mucho en nuestro proceso de reinserción», comentó Ezequiel.
Además, destacó que esta experiencia les permite tratar con las personas y sentir esas sensaciones de interacción social que son fundamentales en su recuperación.
El dinero recaudado de la venta del pan se administra por El Buen Samaritano, que también tiene un rol importante en el proceso de acompañamiento de cada uno de los integrantes. «Para nosotros, el acompañamiento es clave. Es una forma de agradecer todo lo que El Buen Samaritano hizo por mí y por mi familia. Me ayudaron a superar mis adicciones, a sanarme y a revivir. Me trajeron de nuevo a la vida, y ahora, con este trabajo, trato de devolver algo de lo que hicieron por mí», expresó Ezequiel con emoción.
El proyecto no solo busca proveer un medio de sustento, sino también dar una nueva oportunidad a aquellos que luchan por reconstruir sus vidas después de las adicciones.