Andrea Carrizo explicó la preocupante situación que atraviesa la Escuela N° 945 General José de San Martín, ubicada en el KM 71, a 200 metros del Paraje 70/800, en el departamento de Vera.
La institución, con una larga trayectoria en la educación de la región, enfrenta una reducción en su matrícula que ha llevado a las autoridades a plantear su conversión en un Centro Educativo Radial (CER).
Actualmente, la escuela cuenta con 10 alumnos, mientras que en el pasado llegó a tener cerca de 20. La disminución de la matrícula se debe a dificultades económicas que obligaron a muchas familias a mudarse a otras localidades en busca de trabajo.
Esta baja en la cantidad de estudiantes ha puesto en riesgo la categoría de la institución, y recientemente la supervisora comunicó la decisión de transformarla en un CER.
La comunidad educativa ha manifestado su descontento con esta medida, señalando que una escuela mantiene su autonomía y capacidad de gestión, mientras que al convertirse en un CER se precariza el trabajo docente.
El director y el resto del personal continuarán realizando las mismas tareas, como dar clases, realizar la limpieza, gestionar mejoras y rendiciones, pero con un salario reducido, estimado en 250 o 300 mil pesos, lo que en la provincia representa un salario insuficiente.
Actualmente, la escuela cuenta con cinco cargos: dirección (cuyo titular también debe dar clases), un docente de nivel inicial, un profesor de música, otro de educación física y un auxiliar.
La cooperadora escolar es muy activa y ha logrado mantener en buenas condiciones la infraestructura de la escuela, pero la conversión en un CER impactaría negativamente en el mantenimiento del edificio y en la calidad educativa.
«Este cambio que quieren hacer es una estafa al pueblo. Aunque intenten convencernos de lo contrario, bajar la categoría de la escuela significa perder autonomía y precarizar el trabajo de quienes la sostienen. Reclamamos un sueldo y un trabajo digno, no una reducción que afectará la calidad educativa de nuestros alumnos», expresaron desde la comunidad.
La situación genera una profunda preocupación entre docentes y familias, quienes aseguran que la calidad del servicio educativo se verá afectada si la escuela pierde su categoría. «Quienes trabajan en estas escuelas lo hacen con pasión y entrega, asumiendo múltiples roles. Si bajan de categoría, el servicio educativo no será el mismo», concluyeron.