La profesora Verónica Ávila, en diálogo con Radio Amanecer, destacó el trabajo que se viene realizando en el Museo de Tartagal para recuperar y reafirmar la identidad de los pueblos forestales de la región.
Ávila remarcó que, si bien los casos más reconocidos son Villa Guillermina y Villa Ana, Tartagal también fue un pueblo forestal clave en la industria taninera, por lo que resulta fundamental darle el lugar que merece en la historia. “Buscamos instalar a Tartagal en la ruta del tanino, recuperar su identidad y ponerla en valor no solo por su pasado, sino también con vistas al futuro, al turismo y a la inversión en la región”, expresó.
El proyecto que impulsa el museo se centra en visibilizar la historia local, fortaleciendo la memoria colectiva a través de documentos, fotografías, objetos y herramientas que vecinos acercaron para su preservación. Ávila subrayó que no se trata de “pueblos fantasmas”, sino de comunidades vivas que resisten más allá del cierre de fábricas y que necesitan recomponer su identidad cultural.
Además, se avanza en la creación de espacios simbólicos y de encuentro comunitario, con la recuperación de ruinas, paseos, áreas verdes con quebrachos, y máquinas del ferrocarril que formaron parte de la vida productiva del pueblo. “Queremos que no queden abandonados, sino que sean lugares de memoria y de encuentro para las nuevas generaciones”, agregó.
La docente pidió también el acompañamiento del Estado mediante políticas públicas que permitan materializar estos proyectos de preservación y desarrollo cultural.
Finalmente, invitó a la comunidad regional a visitar tanto el Museo de Tartagal como el pueblo mismo, al que definió como “un museo vivo, lleno de espacios simbólicos que mantienen la memoria forestal de la región”.