Por estas horas, la Fiscalía de Vera espera con ansias los resultados de la pruebas de ADN sobre el hato de cabellos hallado en la zona rural de Olmos y el mapa del itinerario del celular del profesor Juan Valdéz en la noche de la desaparición de la víctima.
El primero de los exámenes fue realizado ya pero el producido de esas pruebas sobre los pelos humanos llamativamente aún no fueron remitidos de la Unidad Fiscal Vera. Este primer retraso hace que la causa se encuentre literalmente estancada.
El segundo de los peritajes de alta complejidad es el de geolocalización del celular del único imputado por la causa, Juan Valdez, a quien los fiscales sindican como el autor de la desaparición forzada de Rosalía Jara.
Ese rastreo del dispositivo móvil del padre de la hija de Rosalía podría arrojar luz sobre sus pasos durante las horas en que desapareció la madre de Alma, la criatura de dos años que tuvo con Valdéz.
En síntesis, depende de ambas pruebas periciales la suerte de la causa y la investigación. En realidad, luego de tantos rastrillajes efectuados sin éxito para dar con Rosalía, de varias pruebas colectadas y analizadas que no llevaron a nada, de búsquedas con perros adiestrados en seguir rastros, de excavaciones y pesquisas en la zona ribereña de Romang y en arroyos de la zona media de la Cuña Boscosa, de la pista investigada y descartada tras un mensaje dejado en un baño de una estación de servicio de San Justo, el hallazgo de RJ parece depender más de un golpe de suerte.
Por si fuera poco ese horizonte desesperanzador, en los próximos días la Justicia deberá decidir si Valdez continúa con prisión preventiva, o si recupera la libertad.
Fuente – Infovera