Darío Hernán Mattiazzi, hijo del hombre asesinado de 40 puñaladas el 1° de julio pasado mientras estaba en su vivero ubicado sobre la Ruta 11, al sur de Calchaquí, realizó una presentación ante la Unidad Fiscal Vera para ser admitido como querellante en la causa.

A través de su abogado, el Dr. Gabriel Baucero, en la requisitoria DHM infirió  que en virtud de todas las pruebas existentes, hipotéticamente el día 1 de julio 2019, entre las 9 y las 11 horas, Franco Villalba «llegó al vivero ubicado a la altura del kilómetro 680/100 de la Ruta 11, propiedad de Miguel Ángel Mattiazzi (su padre) y con la utilización de un cuchillo de unos 15 centímetros de hoja que había tomado de la casa de su suegra Marcela Vera, le asestó 40 puñaladas en zonas de órganos y arterias vitales los que le provocaron la muerte».

En razón de las diligencias investigativas tendientes a acreditar el hecho y su autoría, a las que describió de manera detallada en nueve párrafos, lo acusó de haber sido autor material del hecho relatado. Y precisó – de acuerdo al escrito al que accedió InfoVera – que el delito reprochado corresponde a la calificación legal de homicidio agravado por alevosía ya que el imputado utilizando un cuchillo propinó 40 puñaladas ocasionándole la muerte».

Por lo tanto, adelantó su representante legal, Darío Mattiazzi reclamará la máxima pena para el que considera en el asesino probado de su padre: esto es, de acuerdo al Código Penal, prisión perpetua.

Ahora, Fiscalía correrá vista al representante de la Defensa y de no haber oposición el hijo de la víctima del atroz crimen quedará acreditado para accionar judicialmente contra el único imputado del caso.

Villalba, por estos días, cumple prisión preventiva por el plazo de 6 meses. Está imputado por homicidio calificado por alevosía por la horrorosa muerte de M. Á. Mattiazzi, de 68 años, que pereció como consecuencia de la gran cantidad de puñaladas recibidas que le provocaron el deceso por hipovolemia (disminución del volumen total de sangre que circula por el cuerpo, consecuencia de hemorragias importantes) producto de la laceración de vasos del cuello, carótida y yugular izquierda y derecha, y broncoaspiración.

En ese estado y ya sin vida, fue hallado aquel mediodía trágico por su cuñado, que lo halló recostado en uno de los invernaderos con sangre en el rostro. Cerca de él apareció su hija de tan solo un año y siete meses de vida, con manchas de sangre en la zapatilla que llevaba puesta y con ropas distintas a las que vestía cuando salió de su casa por última vez junto a su padre.

Fuente – Infovera

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