Esto escribió en las redes sociales Luis Ovando, joven oriundo de Reconquista que desde hace tiempo vive en Bérgamo, Italia, el país que sufre con mayores consecuencias la pandemia del coronavirus.
El escrito
“En Bérgamo ya no hay ataúdes.
En Bérgamo no hay más oxígeno.
En Bérgamo, fuera del cementerio, hay una hilera de vagones funerarios.
En Bérgamo hay un entierro cada media hora.
Pierdes a alguien querido y ni siquiera puedes decirle adiós por última vez.
En el cementerio buscamos apoyo mutuo solo mirando a los ojos.
Nosotros de las otras personas últimamente solo vemos los ojos porque la nariz y la boca están cubiertas por una máscara.
En Bérgamo ya no ves sonrisas.
Hemos estado viviendo en equilibrio durante 3 semanas: por un lado, el impulso de la naturaleza, fuerte, que quiere hacernos colapsar, por el otro, el de Bérgamo, aún más fuerte, que quiere comenzar de nuevo.
Los días son infinitos, las noches sin dormir. Todos piensan en algo: los jóvenes piensan en los abuelos, los abuelos piensan en los nietos, los empresarios piensan en cómo pagar los salarios, todos soñamos con la normalidad.
No sé cuándo volverá esta normalidad, pero seguramente será genial encontrarnos en el centro y finalmente vernos sonreír.”