En la tercera y última reflexión del Triduo de Pentecostés compartimos en el Nuevo Testamento a María en el Cenáculo. Se le llamaba Cenáculo a una habitación ubicada en la parte alta de la casa, Jesús ocupaba esa parte de una vivienda de un amigo suyo ubicada en Jerusalén.
Allí acostumbraba comer con sus discípulos. Se dice que fue en esa casa donde presidió la última Cena, previa a su muerte.
Después de la muerte y resurrección del Maestro, los discípulos de Jesús, junto con otras personas entre hombres y mujeres y María la Madre de Jesús, seguían encontrándose en ese lugar para rezar y esperar la promesa de Jesús: la venida del Espíritu Santo. “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres,y de María, la madre de Jesús”.- (Hechos de los Apóstoles)
El padre Cantalamessa, predicador de retiros para el Papa Francisco nos dice sobre este pasaje bíblico:
“Ante todo debemos despejar el terreno de una impresión equivocada. También en el Cenáculo, como en el Calvario, se menciona a María junto a algunas mujeres. Se diría pues que está allí como una de ellas, ni más ni menos. Pero al llamarla «madre de Jesús», después de la mención de su nombre, todo cambia y pone a María en un plano completamente distinto, superior no sólo al de las mujeres, sino incluso al de los apóstoles.
¿Qué significa que María esté allí como la madre de Jesús? Que el Espíritu Santo que está por venir es ¡«el Espíritu de su hijo»! Entre ella y el Espíritu Santo hay un vínculo objetivo e indestructible que es el mismo Jesús que han engendrado juntos.”
Hoy:
· María, Madre de Dios y del pueblo te pedimos que nos acompañés, para que estemos abiertos a darle cabida en nuestras vidas al Espíritu Santo.-
· Que el Espíritu Santo sople fuerte sobre los grupos que trabajan en comedores populares y en tantos y variados emprendimientos comunitarios.
· Que el Espíritu Santo acompañe a grupos de oración que rezan y visitan enfermos, ancianos, presos y personas solas.
· Espíritu Santo, derrama fortaleza a tantas personas: médicos, enfermeras, auxiliares y cuidadores de enfermos que diariamente están junto a los que sufren
· Por personas jóvenes y adultos que se preparan para recibir al Espíritu Santo en el Sacramento de la Confirmación.
· Que dirigentes políticos y gobernantes encuentren en María y en el Espíritu Santo la sabiduría para ser conductores de políticas superadoras de la grave crisis integral que atravesamos desde hace varias décadas.-
Espíritu Santo Ven
Capilla Espíritu Santo- Reconquista