El obispo de la diócesis de Reconquista, Monseñor Ángel José Macín, presidió en la Iglesia Catedral de Reconquista, la misa del Domingo de Ramos. Con esta celebración, en la que se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, los cristianos iniciaron la Semana mayor de la fe, donde se va a revivir el misterio de la pasión, muerte y resurrección, de nuestro señor Jesucristo.
En parte de su homilía el Obispo señalo:
«El ramos de Olivo es una expresión muy profunda de comunión con CriSto, que pasa por el sufrimiento, por la muerte y alcanza la vida eterna.
Y eso llevamos a casa, eso abrazamos con amor, para que el señor nos proteja. El ramos es un expresión de fortaleza, vivimos una situación difícil, que nos afecta a todo nivel, lleven esos ramos y aférrenlos bien fuertes en sus hogares, y compártanlo con sus vecinos.
es el tiempo de aferrarnos lo más fuerte posible a Jesús, nada nos puede vencer, nada puede separarnos de aquel que dio su vida por nosotros.
El mal, el sufrimiento son parte de la vida, pero nunca son más fuertes que el amor y la vida que nos regaló el Señor. Apreten bien fuerte los ramos y díganle a Dios Papá con total confianza.»