El Centro de Predicciones Climáticas de los Estados Unidos adelantó que el fenómeno de La Niña podría volver a estar presente en Argentina y Brasil para finales de año. Esto afectaría en matera productiva y también generaría la continuidad de los bajos niveles del rió Paraná.
La National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) anunció oficialmente el fin del fenómeno de La Niña, con un 67% de probabilidad de que las condiciones neutrales continúen durante el invierno. El problema es que el mismo pronóstico muestra que La Niña podría volver a estar presente sobre finales del 2021 e inicios del 2022.
«Probablemente no sea la perspectiva ideal para las cosechas 2021/22 de Argentina y Brasil. Hay varios factores en juego para el clima en Sudamérica, pero claramente La Niña es uno de ellos», señaló Karen Braun, analista de Reuters, sobre la tendencia climática, según reproduce el Cronista.
La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical.
Según señaló Patricio González, agro climatólogo de la Universidad de Talca, «el fenómeno implica un bloqueo de precipitaciones en diversas regiones como en parte de Argentina, Paraguay y el sur del Brasil donde yace uno de los principales polos de producción agropecuaria del mundo».
De confirmarse el pronóstico, se extenderían en el tiempo los efectos de la bajante del río Paraná, que ya es la más importante de los últimos 50 años. Según los cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario, el bajo nivel del río representó en 2020 una pérdida de u$s 244 millones para las exportaciones de granos por no poder cargar los buques en los niveles habituales.
Esta pérdida de profundidad que presenta la hidrovía aún genera complicaciones importantes en la navegación de los buques, y, por lo tanto, pérdidas en su capacidad de carga. Según estimaciones oficiales, durante mayo los barcos deberían cargar un mínimo de 7,2 millones de toneladas de trigo, maíz y harina de soja, sin embargo, como consecuencia de la bajante se redujeron en casi 730 mil toneladas.
Las pérdidas económicas no fueron mayores porque la firma Jan de Nul, a cargo del dragado del Paraná, está redoblando sus esfuerzos y llevando adelante tareas de sobre dragado de dos pies adicionales de profundidad (50 cm) para compensar el bajo nivel del río en el menor plazo posible con el fin de aminorar el impacto de este fenómeno y facilitar el tránsito fluvial.