La reunión en Reconquista sirvió para marcar un mojón en la carrera por reactivar la compañía, pero resta mucho camino por recorrer. Los principales acreedores volvieron a pedir por el balance 2019.
Aunque de la reunión celebrada a mitad de semana entre gobierno y empresa pareciera haber salido fumata blanca, lo cierto es que el futuro de la agroexportadora Vicentin es aún un verdadero modelo para armar. Es real que el Ejecutivo encontró en el fideicomiso un vehículo en el cual encarrilar las negociaciones con el directorio, pero no es menos cierto tampoco que la dimensión del problema es tal que aún falta mucho tiempo para que todo vuelva a sus carriles normales. Así, productores, corredores y acopiadores enganchados del default deberán seguir esperando por una solución.
‘La magnitud del despelote y el manoseo que ha habido en estos meses ha sido tan grande, que el modelo para armar se va a terminar el día que podamos presentar una propuesta y los acreedores la puedan firmar. Para eso, falta mucho tiempo‘, graficó a El Litoral uno de los actores que participa de la mesa generada entre Nación y Provincia para encauzar la situación.
Lo que es innegable es que se ha decidido bajarle el tono a la disputa pública. Del escrito que presentó la titular de la Inspección General de Personas Jurídicas (IGPJ) María Victoria Stratta -donde planteaba que tanto el juez Lorenzini como el directorio ‘no estaban a la altura de las circunstancias‘- a los dichos del secretario de Justicia Gabriel Somaglia -‘no es momento de señalar errores ni virtudes, sino que lo importante es el deseo de las partes en trabajar juntos para buscar una salida‘- pasaron pocas semanas, pero hay claramente una baja de decibeles.
Esa tarea, la de articular los consensos para hallar una solución de consenso, es mérito del propio gobernador Omar Perotti, quien comandó estas operaciones. Entre ellas hubo una reunión con Lorenzini, en la que acordaron la celebración de una ronda de audiencias conciliatorias, cuyo primer episodio ocurrió esta semana. La próxima reunión será en 10 días, nuevamente en Reconquista.
‘El instrumento fideicomiso puede ser una anécdota. Lo importante es ver cómo estructurar un plan de negocios para reactivar la fábrica, que muela toda la soja posible y maximice su valor‘, continuó la misma fuente, que asegura haber hablado ya con más de un centenar de acreedores, en busca de aplacar los ánimos.
Por ahora, solo apuntes
Ese plan de negocios es hoy una verdadera incógnita. Lo seguirá siendo en la medida en que no aparezca toda la documentación relativa a la real situación de Vicentin: no solo en lo que refiere a su pasivo real (hay tiempo hasta el 25 de agosto para la verificación de créditos) sino también a su activo, algo que se comprobará recién con los sucesivos informes de los síndicos y la aparición del balance 2019.
A propósito de la sindicatura: el juez emitió un fallo esta semana en el que pidió la ampliación del informe presentado días atrás (donde plantearon que la firma se autofinanciaba y tenía una proyección optimista de fondos), requiriendo nuevos datos sobre algunas de las operaciones más cuestionadas de la compañía.
Lorenzini también se hizo eco de una de las críticas formuladas por la Sindicatura General de la Nación (Sigen), quien había planteado una potencial incompatibilidad de funciones, respecto a que uno de los síndicos de la sociedad también ejercía el puesto de asesor contable. En este sentido, reiteró su pedido para que se realice un organigrama de funciones y responsabilidades.
Capítulo aparte merece el misterio de los estados contables correspondientes al ejercicio 2019. Esta semana los principales acreedores de la agroexportadora -ACA, el Banco Nación y los bancos internacionales- ingresaron un nuevo pedido para que se incorpore al expediente. ‘No resiste análisis legal ni contable (ni tampoco de sentido común) que la emisión de los Estados Contables pendientes debe postergarse, como lo pretende la concursada‘, plantearon.
Con la información disponible a la fecha, lo cierto y real es que Vicentin pasó de tener un patrimonio de 618 millones de dólares en julio de 2018 a uno de 41 millones en febrero de 2020. En un informe elaborado para el Banco Nación, los economistas Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti explicaron que esa abrupta caída puede ser buscada tanto en un aumento considerable en los pasivos como debido al distorsionamiento en la composición de los activos y su valuación. O, incluso, por ambos factores.
Más tiempo
El Banco Nación es justamente el principal acreedor nacional de Vicentin. Referentes con acceso al directorio revelaron a este medio que se enteraron por los medios de la utilización del fideicomiso como salida al conflicto. Considerando que eventualmente este actor será clave en la conformación de ese instrumento, resulta cuanto menos llamativo que no haya estado al tanto de las últimas negociaciones.
“No fue una solución públicamente colegiada, democrática por así decirlo. Es algo absolutamente tentativo y provisorio”, confesó otra fuente que sí estaba al tanto de las charlas que concluyeron en la propuesta que se dio a conocer tras la reunión en Reconquista. En ese mismo encuentro, Máximo Padoán, accionista y referente público de la compañía, explicó que la idea “nos interesa”, porque “debería tranquilizar la situación”.
En la única entrevista que brindó desde que se anunció el avance estatal sobre Vicentin, el designado interventor Gabriel Delgado -hoy reducido al rol de veedor por orden del juez Lorenzini- reveló que la propia empresa había propuesto la creación de un fideicomiso. ¿El gobierno santafesino tomó esa idea y la asumió como propia, como medida para volver a caminar el norte sin inconvenientes? ¿O verdaderamente hay decisión de la Provincia en avanzar hacia una opción superadora, que salga de su puño y letra? Algunos interrogantes siguen aún abiertos y así seguirán, seguramente, por un largo tiempo.
Fuente – www.ellitoral.com