¿Árboles frutales en la vía pública? Un debate sobre la conveniencia y los riesgos

La cuestión de si es adecuado o no plantar árboles frutales en la vía pública ha generado debate entre los oyentes de Radio Amanecer.

En este contexto, el responsable del arbolado público del municipio de Avellaneda, Ingeniero Hugo Bernardis, expuso su postura respecto a la plantación de árboles frutales en espacios públicos.

Según Bernardis, el objetivo del arbolado público es proporcionar sombra, por lo que se priorizan especies que ofrezcan una amplia copa sin extenderse a gran altura y con raíces pequeñas para evitar daños a las veredas. «Aquí no es costumbre plantar árboles frutales, ya que requieren un cuidado especial y respeto por parte de los vecinos, y muchas veces no se les permite crecer como deberían. La gente suele recoger los frutos antes de tiempo, cuando están verdes», explicó.

La normativa provincial sobre arbolado público, en la que se encuentran legisladas las especies permitidas, también influye en esta decisión. Según Bernardis, el arbolado público debe centrarse en los árboles que generen sombra y no en aquellos que produzcan alimentos, para evitar posibles problemas derivados del manejo inapropiado de los frutos.

Por otro lado, algunos vecinos han compartido sus experiencias sobre árboles frutales en la vía pública. René Antonio Esperanza, un vecino de Reconquista, comentó sobre el enorme árbol de mango que adorna la esquina de su vereda, plantado por su madre hace más de 30 años. Este mango brasilero, que ha crecido considerablemente, da una abundante cosecha de frutos, aunque los mangos, al ser muchos, han perdido algo de tamaño. René recordó que el árbol, que al principio sufrió mucho, incluso fue partido por una tormenta, pero que luego creció fuerte y dio muchos frutos. A pesar de su belleza, René alertó sobre los peligros de los niños y jóvenes que se suben al árbol para recoger los mangos, lo que podría causar accidentes si una rama se cae. «Las ramas son sensibles, por lo que les pido a todos que no suban al árbol, ya que podría caer y causarles daño», destacó.

Este testimonio ilustra uno de los riesgos de los árboles frutales en la vía pública: el acceso fácil a los frutos puede atraer a personas, especialmente niños, que intentan cosecharlos sin tener en cuenta el peligro que esto implica.

René, al igual que el Ingeniero Bernardis, sugirió que los árboles frutales se planten mejor en espacios privados, donde se puedan controlar los riesgos y el cuidado del árbol.

El debate sigue abierto, con algunas voces a favor de preservar el espacio público para árboles que generen sombra y mejoren la calidad de vida urbana, y otras que defienden la belleza y utilidad de los árboles frutales, siempre con la precaución de que se planten en lugares adecuados donde su cuidado y uso no representen un riesgo para la comunidad.