En un acta “notarial de notoriedad” labrada en una escribanía de la ciudad de Malabrigo el 17 de mayo pasado, se asentó la comparencia de Estefanía Magalí Yansen y Tamara Pintos, ambas de Vera y supuestas víctimas de las fiestas del “vale todo”, que pidieron dejar constancia sobre anomalías referidas a sus declaraciones en la causa Bibi Sánchez, por la fueron condenadas cerca de una decena de personas de Vera por promoción y facilitamiento de la prostitución y corrupción de menores.
Ambas, dijeron que sobre manifestaciones y declaraciones citadas en la causa “Sánchez Clementina y otros sobre promoción de a la corrupción de menores”, en la cual se les realizaron entrevistas “semidirigidas”, las que tuvieron lugar el 13 de abril de 2012 y cuyo reconocimiento de personas a través de fotos fue el 24 mayo de 2012, hubo dichos de que fueron cambiados.
Según el acta, tanto Estefanía como Tamara denunciaron que se trascribieron manifestaciones suyas de las que, tomando conocimiento a la fecha de las mismas, “detectan que difieren de la realidad o de lo que realmente manifestaron oportunamente”.
Puntual y ejemplificativamente dijeron ante el notario, que “les consta que no todas las fotos de las personas que se citan en autos fueron expuestas oportunamente como está escrito, que se trascribe que Estefanía dice que el testigo Brian Hoyos haber estado íntimamente con la compareciente Tamara Pintos no es cierto, que ello no fue manifestado por ella”.
Asimismo, hicieron ver que se transcribe (en la causa) que “Tamara dice que dos de las menores involucradas manifestaron que el imputado de apellido Petroli les había ofertado dinero a cambio de sexo en esa oportunidad”, cosa que “no fue dicha por la misma, y que en realidad el señor Petroli nunca estuvo en la casa, que el mismo solo trasladó a uno de los imputados a la casa” y luego se retiró del lugar, no habiendo participado de la fiesta.
En esa línea, aclararon que se transcribió como dicho de Estefanía que en la fiesta había cocaína y marihuana, como que además la dueña de casa señora Viviana Sánchez se quitaban la ropa al compás de la música exponiendo sus partes íntimas, cosa que “no fue manifestada por la compareciente”.
En otro párrafo, indicaron que había otra persona llamada Mauro Sánchez que trabajaba como remisero, que era en realidad quien trasladada a las chicas, principalmente a las oriundas de La Gallareta hasta la casa de la señora Sánchez.
Y que en las entrevistas efectuadas a las que acudieron en compañía de sus madres y en oportunidad de hacerlas ingresar a la sala privada donde se llevaron a cabo las mismas, “no se les permitió por parte del personal que las atendió, el ingreso de sus madres a dichas entrevistas, en las cuales participaban el juez, secretario, psicólogos, asistentes sociales, un fiscal”.
En ese punto formularon una grave acusación contra el juez que llevó adelante la toma de declaración testimonial: “…inducía a las mismas a que cambien o tergiversen sus dichos, todo lo que hacía a través de un diálogo auto inducido para el perjuicio de los imputados”.
Por último, expresaron que los imputados “no participaron de la fiesta, no tuvieron relaciones con ellas ni nada que tenga que ver con sus personas o su integridad física y moral, que solo estuvieron en el lugar unos instantes y se retiraron del mismo sin participar de la fiesta”.
Fuente – Infovera