Compartimos íntegramente el discurso del ahora exintendente de Avellaneda:

«Qué difícil – como dijo Gisela (Zampar) – realmente son momentos únicos en la vida de una persona. Porque en esta situación en la que uno se encuentra comienza a recordar muchas cosas.
Mis aprendizajes
Tiene que ver en primer lugar con el aprendizaje que uno ha hecho a través de la vida y de todos estos años. Y yo pensaba que no sé si todas las personas pueden tener el privilegio que yo pude tener en todo este aprendizaje desde el año ´83 cuando, tengo algunos vagos recuerdos, donde el primer acto democrático y mi viejo asume
como intendente. De todo ese camino recorrido, sin dudas ese fue un hecho que cambió la vida de todas las familias porque sabemos lo que significan las ausencias, los viajes. En el ´89, cuando terminé la secundaria ya pensé que ir a estudiar pensando – alguna vez – que quería ser intendente, pensando entonces alguna carrera que me sirva para eso. Después con la maestría en la administración pública, después participando en la política
de la universidad, haciendo luchas realmente interminables, defendiendo la universidad pública en aquel momento. La posibilidad de laburar con mi viejo, cuando era diputado nacional, y uno complementó la enseñanza familiar con la enseñanza del trabajo. Y créanme que entiendo a mi gabinete cuando dice “qué pesado” y yo decía lo mismo. Será tan puntilloso de ponerme unos acentos donde faltaba. Y realmente esas fueron enseñanzas magníficas. Hasta que mi viejo murió. Y apareció un trabajo que duró 4 hs. Me habían llamado para trabajar en el Concejo municipal de Santa Fe. Fui a trabajar a las 8 de la mañana, y tipo 11hs me llamó Chacho. Y me ofreció y venir a trabajar como secretario de la Producción. Por supuesto, en ese momento tan difícil en mi familia y con la pérdida de mi viejo. Y no dudé porque uno de mis objetivos siempre fue volver a Avellaneda. Yo ya pensaba en aquel momento poder llegar a ser intendente, era mi sueño. Y ahí empezó el recorrido conocido por todos, como secretario de producción, de gobierno, un breve período en el Gobierno Provincial. Hasta que mi partido y la comunidad de Avellaneda me dieron esta posibilidad, este honor de conducir los destinos de una ciudad tan linda como Avellaneda, pero a su vez, tan exigente. Y eso nos marca y nos lleva a que – día a día – pensemos en mejorar las cosas porque si no, de otra forma, la gente ya empieza a estar descontenta.
Extremos, diálogo y consenso
Pero de esos aprendizajes pasamos a la función como intendente – y Martín lo remarcó mucho – la actividad política, lamentablemente y en muchos lugares en la Argentina vive de los extremos y ahí es donde tenemos que hacer carne del diálogo y de la búsqueda del consenso, que es el otro título que yo puse. Y eso ha caracterizado a nuestra gestión en la búsqueda permanente, en el diálogo permanente. Por supuesto que no siempre se
encuentran esos caminos conjuntos. Pero además me ha enseñado, no sé si estará acá presente, pero lo quise invitar a Carlos Sosa que fue el primer secretario general del sindicato de los empleados. Y ahí uno va entendiendo.
Dónde están los extremos de empleador, de un intendente que quiere tener superávit para poner una alcantarilla, un foco, para hacer una vereda. Y el empleado que también quiere estar bien. Y esa búsqueda nos llevó a
encaminar acuerdos. También las diferencias políticas. Nunca he tenido problemas en poder dialogar, en poder hablar y discutir. Y a esto siempre me lo recuerda un amigo, que no lo veo y no sé si está presente, que es Gustavo Lebus. Muchos lo deben conocer. Una persona que, si él está acá y yo acá, pero los sábados jugamos al fútbol,
alguna vez nos damos unas pataditas, pero después – en un montón de veces – nos poníamos a discutir, sabiendo que no nos íbamos a encontrar nunca, pero discutíamos con altura y así con un montón de dirigentes de otros partidos. De Unidos x Avellaneda, el justicialista, Enrique Foschiatti, mi vecino del Movimiento Evita, y eso es lo lindo que tiene Avellaneda, que tiene en este momento. Que hay convivencia política y que, por sobre todas las cosas, el objetivo es la ciudad. Y eso hemos marcado, inculcado, lo hemos dicho hasta el cansancio y por suerte, la cosa funciona.
Como ciudadano…me gustaría Pero también me pongo en el lugar del ciudadano, es difícil a veces para un intendente ponerse en el lugar de un ciudadano. Y yo pensaba, estos días, qué me gustaría como ciudadano de Avellaneda. y qué me gustaría para todos aquellos que después de mí sean intendentes, y sean concejales y sean representantes de instituciones, senadores, legisladores provinciales. Que no perdamos la capacidad de construir sueños, que no perdamos, de soñar esa ciudad que a veces parece tan lejana pero que esos sueños se tienen que ir renovando. En el año 2000 pensábamos en la Avellaneda del 2020, cuando yo ingresé en el 2011 pensábamos la Avellaneda del 2030. Hoy tenemos que pensar la Avellaneda del 2050. No perdamos como comunidad, como instituciones y como gobierno, la capacidad de tener sueños como ciudad porque a partir de esos sueños, se van construyendo, paso a paso, la ciudad que hoy podemos disfrutar y seguramente – no tengo dudas – con el aporte de todos uds, la ciudad que van a disfrutar todos nuestros hijos. Eso es lo que me gustaría como ciudadano, y siempre basándonos en esos cimientos. Que, de generación en generación, nos fueron transmitiendo. Ese puñado de inmigrantes que llegaron a esta ciudad, pero reinventado a través de los años, por todas las personas nativas del lugar, que han venido a vivir a Avellaneda que se han incorporado a nuestra querida ciudad. Los cimientos y los valores tienen que ser los
mismos, los sueños se tienen que ir modificando para poder actualizarnos.
Y ahora, para terminar, quiero llamar a Fausto, mi hijo y a mi mamá porque ellos representan el agradecimiento a toda mi familia. Por supuesto quiero agradecer a todos y cada uno de uds. Yo sé que si digo “el agradecimiento” a las instituciones seguro se para el 90% de la gente, porque todos, en algún momento participaron de alguna institución. El agradecimiento a los concejales que siempre nos han brindado el apoyo con muchísima altura. ¡A todos! A los que vinieron de lejos. Aquí está el presidente del Foro de Intendentes, Presidentes de Comunas que han recorrido km, a parte integrante en aquel momento, Vero Schuager de Carcarañá; a Guadalupe Lanasky de Totoras; porque ese también era un sueño. Lo hemos hecho realidad juntos y quiero destacar su presencia. Y a todos los amigos e intendentes que han venido de lejos también.
El legado
Y para esto, le voy a pedir a Fabri que lea el legado que es la carta que dejó mi viejo cuando yo terminé la secundaria. Una me dejó mi mamá, pero voy a leer la de mi viejo.
Texto completo de la carta:
Dioni:
Terminas una pequeña etapa de tu vida, y en ella he apreciado que creciste en algunas de las virtudes más valiosas de nuestras vidas. Cultivas la amistad, el deporte, la diversión, la solidaridad, lealtad a los amigos y la sana alegría compartida son pilares para ser “persona” y ser persona es el fin último en nuestro paso por la tierra.
Pero esto no basta, como seres humanos nos debemos a nuestros hermanos y ese deberse a nuestros hermanos significa trabajar para ellos y aquí es donde tienes un horizonte tan inmenso como tu imaginación tenga capacidad.
Tienes la posibilidad de seguir ese camino de aprender más y más cosas no con el fin último de un título – que es necesario – sino para que ese saber lo brindes a tus hermanos. Todos estamos obligados a no detenernos y Dios no da la posibilidad de realizar algo hasta el último momento de nuestra vida.
El camino a recorrer puede ser difícil pero nunca abandones la idea de conquistarlo, nunca retrocedas, nunca parar, busca caminos aunque te equivoques, nadie tiene la verdad absoluta en esta tierra, la verdad debes buscarla hasta el último momento de tu vida, lucha y trabaja, tendrás obstáculos, los hombres no son perfectos, la sociedad es perversa, te obstruirán el camino muchas veces, debes vencer las barreras y sobre todo vive bien abierto a todos, vive porque vale la pena – todo depende de ti.
DELKI – tu padre.

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