Durante el mes de enero, se conmemora la concientización y sensibilización sobre el cáncer de cuello uterino, una patología que, si bien es común, puede ser prevenible con la detección temprana y los cuidados adecuados.

Nicolás Durán, médico ginecólogo oriundo de Reconquista, habló sobre la importancia de este mes de sensibilización y destacó la relevancia de los estudios preventivos para evitar esta enfermedad.

Durán, quien trabaja en el grupo GAMMA en Rosario y atiende cada 15 días en Reconquista, subrayó que el cáncer de cuello uterino es una patología de salud pública, y que a través de estrategias de prevención y cuidados, es posible evitar su aparición. En la región, específicamente en el Departamento General Obligado, se diagnostican entre 80 y 100 casos nuevos de cáncer de cuello uterino por año.

El especialista explicó que esta enfermedad está relacionada principalmente con el virus del papiloma humano (VPH), el cual es responsable del 90% de los casos. El VPH se transmite por contacto sexual y, en la mayoría de los casos, desaparece sin causar síntomas. Sin embargo, en una pequeña proporción de los casos (alrededor del 5%), el virus provoca lesiones en las células del cuello uterino que con el tiempo pueden transformarse en cáncer.

La Prevención es Clave

La prevención del cáncer de cuello uterino es altamente efectiva y se basa en tres pilares fundamentales: el Papanicolaou (PAP), el test de VPH y la vacuna contra el VPH.

El PAP es un estudio sencillo que permite detectar lesiones en el cuello uterino antes de que se conviertan en cáncer. Se recomienda a todas las mujeres a partir de su primera relación sexual realizarse este examen. Si los resultados son negativos durante dos años consecutivos, se puede espaciar a tres años. El riesgo aumenta con la edad, por lo que las mujeres mayores de 50 años deben continuar realizándose este estudio.

Por otro lado, el test de VPH es una prueba que detecta la presencia de los tipos de VPH que pueden provocar cáncer cervical. Esta prueba ya está disponible en diversas provincias y es parte del sistema de detección temprana de la enfermedad.

Una de las herramientas más poderosas para la prevención es la vacuna contra el VPH, que previene la infección por los tipos de virus más peligrosos. La vacuna es gratuita y obligatoria para niños y niñas de 11 años.

Importancia de los Controles Ginecológicos

El doctor Durán enfatizó la necesidad de realizar controles ginecológicos regulares para prevenir el cáncer de cuello uterino y detectar posibles lesiones en etapas tempranas. Aseguró que la detección temprana es clave para evitar el avance de la enfermedad, ya que, una vez que se diagnostica un cáncer cervicouterino, muchas veces es en etapas avanzadas, lo que dificulta el tratamiento y aumenta las probabilidades de muerte.

El cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer cervicouterino, se desarrolla de manera lenta a lo largo del tiempo. En etapas iniciales, es posible detectar las células anormales que preceden al cáncer, y tratarlas de forma efectiva para evitar su evolución. Si bien el diagnóstico precoz mejora significativamente las chances de tratamiento, los controles regulares y la vacunación siguen siendo las mejores herramientas de prevención.

La Prevención en la Región

En la actualidad, el cáncer de cuello uterino sigue siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres, especialmente en América Latina, donde las estadísticas se asemejan a las de Sudáfrica. Sin embargo, en Argentina gracias a los esfuerzos de concientización y los controles preventivos, la incidencia de esta enfermedad es menor en comparación con otros países de Latinoamérica.

Es fundamental que las mujeres de la región continúen tomando conciencia de la importancia de los controles preventivos y sigan las recomendaciones de los profesionales de la salud. La detección temprana es clave, y las herramientas como el PAP, el test de VPH y la vacuna contra el VPH permiten prevenir un cáncer que, si se detecta a tiempo, puede tratarse de manera efectiva.

El doctor Durán concluyó que, a pesar de la prevalencia de esta enfermedad, se pueden lograr grandes avances en su prevención mediante la educación, el acceso a exámenes de detección y la vacunación.