Santa Fe (AICA): El diputado santafesino del Frente Progresista Cívico y Social Luis Contigiani ratificó su postura contraria al proyecto de ley de despenalización del aborto en debate en el Congreso, pese a las presiones partidarias y de numerosas personas que en las redes sociales lo exhortan a rever su posición y votar a favor de la iniciativa. “En este tema es definitorio la ‘conciencia’, antes que cualquier posición partidaria”, aseveró.
El diputado santafesino del Frente Progresista Cívico y Social Luis Contigiani ratificó su postura contraria al proyecto de ley de despenalización del aborto en debate en el Congreso, pese a las presiones partidarias y de numerosas personas que en las redes sociales lo exhortan a rever su posición y votar a favor de la iniciativa.
El legislador socialista fundamentó su posición en un comunicado de 23 puntos, en el que, entre otras consideraciones, aseveró: “Estamos ante un tema que trasciende las fronteras partidarias e ideológicas y así lo reflejan las diferentes posiciones que existen hacia el interior de cada bloque parlamentario y de los partidos políticos”.
“En este tema –para mí- es definitorio la ‘conciencia’, antes que cualquier posición partidaria. Abordo este tema con mucho respeto por el que piensa diferente, sin dogmatismo y sectarismo”, agregó.
Cotigiani sostuvo que “frente a las fuerzas dominantes del mundo -y aunque parezca un absurdo- debemos afirmarnos más que nunca en el principal de los derechos humanos que es la vida, en todas sus fases de desarrollo”.
Los 23 puntos del diputado
1. Asumo con pasión militante este servicio y trato de honrar la política. Por eso quiero compartir las primeras reflexiones en torno a la problemática del aborto. Estamos ante un tema que trasciende las fronteras partidarias e ideológicas y así lo reflejan las diferentes posiciones que existen hacia el interior de cada bloque parlamentario y de los partidos políticos. En este tema –para mí- es definitorio la “conciencia”, antes que cualquier posición partidaria. Abordo este tema con mucho respeto por el que piensa diferente, sin dogmatismo y sectarismo.
2. Seamos ateos, creyentes, agnósticos, o adherentes a cualquier corriente filosófica, ideológica, política, económica, la vida siempre es una ocasión que nos excede. De ahí que creo en el enfoque de la gratuidad, en el arrojo al mundo, en la praxis, en la pregunta por el ser, el sentido de la vida, del cuidado compartido y la cooperación. La vida “Es” y/o “Está”, independientemente de su instrumentalización, utilidad, fuerza o poder.
3. El debate sobre el aborto tiene un contexto histórico determinado. Son tiempos donde la vida y el sentido de la misma están devaluados. La dignidad humana en los hechos no es reconocida: así lo atestigua la miseria, la indigencia, la pobreza, la exclusión, la explotación, la violencia institucional, el narcotráfico, etc.
4. Este contexto obedece a un paradigma de época. Hace tiempo que en Occidente el único ordenador de los vínculos sociales, culturales, económicos y políticos es el neoliberalismo, el modelo tecnocrático y la razón instrumental. Es un proyecto de aniquilación de la vida y del planeta. Genera una sociedad abortiva de la dignidad del hombre, a través de la cosificación de la vida. Todo es mercado, todo se vende y se compra, se descarta, se consume, se explota “eficientemente”. También las relaciones humanas, sociales y entre pueblos.
5. En esta coyuntura es importante tener en cuenta cómo operan los factores de poder, especialmente del capitalismo desarrollado, que son los primeros interesados en tratar al aborto como un anticonceptivo más, para el control poblacional de los países en desarrollo y pobres del mundo, es para asegurarse el dominio de sus recursos naturales y económicos. Esto no es nuevo y basta con repasar los foros internacionales de mediados del siglo pasado al presente.
6. Para semejante contexto y paradigma me pregunto: ¿qué puede valer la dignidad de un ser humano, de un embrión, de un feto, o la realidad de la vida por nacer?. La respuesta es Nada. No vale nada. Como no vale nada la vida de los niños que mueren o transitan sus vidas en la marginalidad y la pobreza. Nacen con las vidas hipotecadas, “destinadas” o marcadas para siempre por un orden económico injusto.
7. En nuestro país hay más de 8 millones de niños, niñas y adolescentes pobres (menores de 17 años). En el mundo se calcula que mueren por año 11 millones de niños menores de cinco años, 30.000 por día, por mal nutrición y otras causas evitables. Una tragedia que se suma a otras: la mujer víctima de la violencia del patriarcado, la desnutrición materna, la inseguridad alimentaria, la contaminación, la trata de personas, las nuevas esclavitudes, los inmigrantes, los refugiados, el olvido de los ancianos. Los “poderes” mundiales miran para otro lado. Lo que más les interesa es seguir siendo poder, el “rendimiento” financiero de las acciones, los bonos, los títulos, los fondos, los paraísos fiscales. Lo que importa es el dinero.
8. No venimos al mundo para condenarlo sino para transformarlo. Es necesario saber embarrarse en el barro de la historia, sin caer en ningún pantano. Esto nos tiene que llevar a tener un fuerte compromiso con los derechos humanos, sociales y económicos, que aseguren las condiciones básicas para que cada vida -desde la concepción hasta la muerte natural- se pueda realizar como proyecto y realidad. Esta lucha se extiende (no se detiene) a la vida por nacer, al ser humano en desarrollo, único e irrepetible. Siempre vamos a ser deudores de ese momento único de la concepción.
9. Desde muy joven fui militante de los Derechos Humanos y de la Democracia. Estoy comprometido con los ideales de libertad, igualdad, justicia, paz, desarrollo. A lo largo de mi vida nunca pude disociar la lucha por la vida de los niños pobres e indigentes, de la vida por nacer. Es la misma lucha por la vida y la “posibilidad de vida de Alguien que ya Es”.
10. No estoy de acuerdo con los que dividen el valor de una vida, o la reducen a una simple cosa y como tal pretenden aplicarles derechos reales de dominio y de libertad de elección (argumentos centrales de la época de la esclavitud). Tampoco comprendo a los que defienden la vida por nacer y después se desentienden de todo compromiso social por la justicia, la igualdad de oportunidades, o peor aún, terminan al servicio de proyectos contrarios a la dignidad de las personas.
11. Frente a las fuerzas dominantes del mundo -y aunque parezca un absurdo- debemos afirmarnos más que nunca en el principal de los derechos humanos que es la vida, en todas sus fases de desarrollo.
12. La protección del derecho a la vida desde la concepción está reconocido en la legislación positiva con diferentes fórmulas, enunciados y tienen estatus constitucional en nuestra Carta Magna: Art 28, 33 y 75 Inc. 23 de la CN. La ley 23.849 al aprobar la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 2°, declara que el artículo 1° de ese instrumento internacional “debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”. Otros instrumentos jurídicos constitucionales: Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por ley 23.054 y conocida como Pacto de San José de Costa Rica. Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, artículo 3. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948), articulo 1. Convención Americana sobre Derechos Humanos, articulo 1, párrafo 2. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, articulo 6 (ley 23.313). Por otra parte el Código Civil y Comercial de la Nación en su artículo 19 señala que “la existencia de la persona humana comienza con la concepción”.
13. La respuesta a un mundo injusto, no puede ser un acto de injusticia. Si usamos como variable de ajuste al más débil, a cualquier débil, seriamos funcionales al paradigma de la razón instrumental, a la crisis civilizatoria de la globalización neoliberal. La eliminación del más débil es la consecuencia de un mundo injusto que no respeta la dignidad humana. Debemos tener el coraje de ir por todo. La respuesta debería pasar por un acto de rebeldía humana frente al verdadero problema que tenemos: la pobreza, la exclusión, la explotación, la dominación y la devaluación de la Vida, de toda especie de vida y en todas sus fases.
14. Salvemos la totalidad y pongamos sobre la mesa algunos datos. Según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2016 hubo 43 muertes maternas por aborto provocado o espontaneo (en el año 2017 habría bajado a 31 casos), mientras estimaciones teóricas, no estadísticas, hablan de 450.000 abortos por año. Por un principio humanista, progresista y de defensa de la vida, la única ecuación que deberíamos analizar es salvar la totalidad: las 43 vidas y las 450.000 vidas por nacer que no nacen, porque son eliminadas (si tomamos por ciertas las cifras de abortos).
15. También deberíamos incorporar en nuestros análisis y preocupación, las estadísticas oficiales que hablan de 525 muertes por año de mujeres afectadas por desnutrición, anemias, etc, o las 233 muertes por año de mujeres por causa de tuberculosis, o las 194 mujeres que mueren por mal de chagas. O las muertes de mujeres por violencia de género. Esto tendría que ser de máxima prioridad nacional.
16. La vida -como bien explica la biología- empieza en ese instante revolucionario de la fecundación (singamia). A partir de ahí hay un “Otro diferente”, un individuo humano distinto al padre y a la madre, determinado, con una cinta genética de ADN única, que la vamos a llevar hasta la muerte natural. Esta individualidad genética es lo que determina la existencia de la vida. Es un ser humano en gestación, tiene un manual de información autónomo, único e irrepetible, en desarrollo y coordinado desde sí mismo. Esto último no es metafísica, es biología, existe, está ahí, es objetivo. El embrión de una especie humana, comparte el mismo sustrato biológico y genético con el individuo vivo de la especie, aunque todavía no pueda ejercer sus derechos.
17. Como bien dice el ex presidente del Uruguay, Dr. Tabaré Vázquez, en el fundamento del veto contra el aborto en noviembre de 2008: “La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia”; “El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles”. En otra presentación Tabaré Vázquez citara al científico Angelo Luigi Vescovi que dirá: “El embrión es un ser humano. Esto es innegable. Cualquier posición de hacer comenzar la vida humana en un momento posterior es arbitrario y no sustentable de argumentación científica”.
18. Quiero hacer algunas advertencias concretas sobre los proyectos que promueven la legalidad del aborto. La combinación de aborto legal en cualquier etapa del embarazo (ejemplo: 1 semana hasta los 8/9 meses) para determinadas causas que puedan producir daño psicológico en la mujer, más la presión que esto va a generar en los médicos para solicitar estudios prenatales para cubrirse de futuros juicios de mala praxis, van a hacer imposible el nacimiento de niños con discapacidad. Esto está pasando en los países desarrollados donde sancionaron leyes de aborto.
19. Quiero también rechazar la eliminación del derecho a la objeción de conciencia de los profesionales médicos. Esto es cuestionable tanto desde el punto de vista jurídico, como desde el juramento hipocrático mismo. Dice el ya citado Ex Presidente del Uruguay y Oncólogo, Dr. Tabaré Vázquez: “Cuando se une un espermatozoide con un óvulo, en ese momento de la unión, el ser que se crea ya está absolutamente determinado por sus características” (…). “El juramento hipocrático obliga a respetar la vida en todas sus manifestaciones, desde el mismo momento de la concepción” (…). “Yo tengo la convicción científica de que somos lo mismo que fuimos desde el momento de la concepción” (…). Entrevista de Carlos Liscano a Tabaré Vásquez en el diario El Observador del 15 de noviembre de 2002.
20. Creo que nadie busca un aborto como fin en sí mismo. Sería un horror. El aborto es un drama, un desgarro, golpea, deja secuelas. Hay que caminar por una legislación por la vida, de la vida por nacer y de la mujer. A ella se la debe ayudar. El estado -mediante programas de políticas públicas integrales- debe contener, asegurar, promocionar a la mujer y su criatura, especialmente al embarazo no deseado. Toda la sociedad debe dar una respuesta.
21. El artículo 75 Inc. 23 de la Constitución Nacional nos muestra el camino a las respuestas que estamos buscando. Dice: “Legislar y promover medidas de acción positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad. Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del periodo de enseñanza elemental, y la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia”.
22. Este debate debiera abrir la oportunidad de que profundicemos en propuestas jurídicas, educativas y de salud que den respuestas concretas. Abordar por ejemplo -y de manera urgente- una educación sexual integral (por lo menos que se cumpla la ley 26.150 que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral), que nos permita aumentar nuestra capacidad de discernimiento, decisión y bajar de esta manera los embarazos no deseados en adolescentes.
23. La defensa de toda vida humana debe ser lo más importante de nuestra Nación. Es un tema esencial que hace a la ética de la solidaridad de los individuos y pueblos. Todo proyecto político, económico y social debe proteger la vida, especialmente la más débil, vulnerable, necesitada. Debe terminar con la explotación, los excluidos, la pobreza, la indigencia. De lo contrario seguiríamos profundizando la crisis humana, social y ecológica en nuestra patria, apoyando proyectos que afectan la dignidad de los hombres y de la vida.+