Con esta nota queremos rescatar hechos que tienen que ver con la vida misma, con la voluntad de prolongarla en otros, de «convidarla», de sembrar esperanzas, por eso traemos a la memoria el caso de Lorenzo “Lolo” Regonat, este pequeño de Avellaneda que falleció en el 2019 y sus padres decidieron donar sus órganos para dar continuidad a la vida de muchos otros niños.

En estos días sucedió algo similar, Giovana Plotino una joven de 20 años también de Avellaneda, falleció por hipertensión pulmonar en el Centro Cardiológico de Rosario. Su familia decidió donar los órganos siguiendo el deseo que pudo expresar en una conversación con su mamá.

Marianela Álvarez, madre de Giovana, con mucho dolor, pero con entereza expresó la importancia y el porqué de donar órganos:

“Dentro de tanto dolor, el hecho de poder ayudar a alguien al donar sus órganos nos dio paz y satisfacción, más sabiendo que así lo deseaba mi hija que hace cosa de un mes atrás me había comentado que quería averiguar qué hacer para donar sus órganos y salvar vidas. Gio también pensó en el laboratorio de anatomía patológica de la Universidad de Medicina, carrera que tanto la apasionaba. A modo de comentario me dijo:

– “mamá si algún día me tengo que ir y está la posibilidad de donar mis órganos, me gustaría hacerlo, mi corazón y mis pulmones a la facultad para que puedan estudiarlo y saber más sobre mi enfermedad”.

En el 2015, los médicos le diagnosticaron hipertensión pulmonar, estaba bajo control, hace poco más de dos meses fueron sus últimos controles, los que arrojaron buenos resultados, pero algo hizo que en los últimos días esta joven se descompensara y tengan que asistirla en Rosario.

Allí fue atendida por médicos que le dieron las últimas drogas que existen en el país para tratar dicha enfermedad, pero no hicieron efecto. Ante esa situación los profesionales de la salud advirtieron a sus padres que tendrían que esperar un trasplante.

Cuenta Marianela que para eso necesitaban el traslado a Buenos Aires y quedar en lista de espera, por lo que converso con la médica que atendía a su hija y esta le comentó como era el escenario que se venía, podría ser una larga espera por un donante. Al oír eso sintió mucha desesperación, saber que el cuerpo de su hija, como el de otras tantas personas, se iba a ir deteriorando, así como las esperanzas de todos ellos.

Los hermanos de esta joven ejemplar viajaron a Rosario para verla y fue en ese momento que el personal del sanatorio les comunicó que estaba todo para poder realizar el traslado. Diez minutos después fue que sufre el infarto. “Ahí es cuando me empezó a hacer ruido, me vino la conversación con ella, se lo comenté a mi marido, a mis hijos y los cuatro juntos, unidos como siempre, decidimos que sus órganos sean donados”, recuerda en voz alta su mamá y resalta que: “Más de siete mil personas necesitan un donante, pasar por trasplantes. Solo hay trece personas por cada un millón que deciden donar y nosotros nos sumamos a ellos pensando en que otras familias no pasen por este dolor”.

Las corneas de Giovana devolvieron la vista a una nena de 15 años de Buenos Aires y a una señora de 34 años de la Provincia de Santa Fe. Su corazón y su pulmón fueron a la facultad de medicina como ella quería.

Lo que relata esta fuerte madre podría indicar que días antes Giovana Plotino estaba iniciando el camino y pudo comunicar sus intenciones, compartirlas con su familia sin saber que estaba pronto a suceder.

Marianela describe a Gio como una persona muy buena, siempre dispuesta a ayudar, pensando en los demás, en que nadie sufra que a nadie le falte nada y siguiendo el espíritu solidario de su hija reafirma que hicieron el bien al donar: “Ayudamos a otras personas, dentro de tanto dolor nos da un poco de paz, de satisfacción, es algo lindo, mejoramos la calidad de vida de otras personas, el que pueda que lo haga hay mucha gente desesperada esperando un órgano”.

En la actualidad hay más de 10000 pacientes aguardando por un órgano, tejido y/o médula para poder seguir viviendo o para mejorar su calidad de vida.  La Donación de órganos puede llevarse a cabo gracias a la voluntad de las familias por lo que es considerable que temas como este se traten en las charlas cotidianas.

La donación de órganos es un gesto valioso, trascendente, solidario de por sí y como expresó Marianela, el donar ayuda a la familia a superar el proceso de luto y dolor. Las familias de los donantes convierten la pérdida en esperanza.

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