Se trata de los Clavero, propietarios de un campo en el límite de los departamentos Vera y 9 de Julio. El 19 de este mes fueron echados violentamente del lugar en el que habita la familia desde mediados del siglo pasado. Supuestamente buscaban armas en la propiedad, pero terminaron sometiendo a los tres moradores a más de diez horas de vejámenes.
A las 7.30 de la fría mañana del miércoles 19 de julio, Germán Clavero (64 años), y sus dos sobrinos, Roberto y Abel (32 y 23 años respectivamente), fueron despertados de manera violenta por un «fierrazo» que destrozó la puerta de su vivienda en zona rural de Gato Colorado sobre la ruta 13 (en el límite de los departamentos Vera y 9 de Julio), como consta en la denuncia que formulada en la Fiscalía de Feria.
Con armas en la mano, «entre cinco o seis tipos» con pasamontañas, según relató Germán, ingresaron a la casa y a los empujones y cachetas sacaron a todos afuera. «Me ponen de rodillas contra mi lomo, me pegan unas cachetadas sobre la nuca y me esposaron con unos precintos plásticos bien ajustados. Yo quedé ahí extendido con las manos para atrás y la cara en el suelo. A todo esto, a mis sobrinos ya los habían sacado a cachetadas y puñetes, siempre apuntándolos», quedó expreso en la denuncia ante Fiscalía.
Además de los «cinco o seis tipos» que irrumpieron en la vivienda de los Clavero, señaló que había cuarenta policías y algunos de ellos fueron reconocidos por los denunciantes. «Estaba López y Chávez que los conozco de la Cigüeña (seccional de la Guardia Rural a mitad de camino entre Vera y Tostado), y el pelado el Jefe del Guanagán, eran todos Pumas, y de la PDI de Tostado, Santillán y Ortiz», enumeró.
En tanto, en una conferencia de prensa que tuvo lugar hoy por la mañana en la sede de ATE, los Clavero, su abogado, Iván Bordón e integrantes del Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe, y de la agrupación Norte Amplio por los Derechos Humanos de Reconquista, brindaron detalles del desalojo y torturas aberrantes a las que fue sometida la familia.
Allí, Roberto, detalló que a él y a su hermano los hicieron quedar sin ropa en medio del intenso frío de esa jornada, y que constantemente fueron golpeados y humillados por los oficiales actuantes. Dijo que aparentemente buscaban armas en la propiedad y que el interrogatorio policial incluyó la utilización de una técnica de tortura llamada el submarino, a través de la cual le sumergieron la cabeza en un pozo de agua en el fondo de la propiedad varias veces, y luego fue picaneado en otras tantas ocasiones.
De acuerdo a lo que manifestó el abogado patrocinante de la familia, dichas lesiones fueron constatadas por el cuerpo médico de la Unidad Fiscal de Rafaela, donde fue radicada la denuncia el día sábado 22 de julio. Bordón cuestionó el accionar de la fiscala de Turno de Tostado Dra. Bustos que habría ordenado el allanamiento a la propiedad por una denuncia de amenazas que pesaría contra uno de los Clavero, y deslizó que el verdadero motivo de lo sucedido habría sido expulsarlos de la propiedad.
Tras la sucesión de los hechos descriptos precedentemente, Germán y sus dos sobrinos, recuperaron la libertad gracias a un recurso de habeas corpus interpuesto ante los tribunales de Vera, otorgado por el juez Gustavo Gon. Actualmente, se están alojando en la casa de un familiar en la ciudad de Tostado, y no han podido regresar al campo del que fueron echados el miércoles pasado, y sostienen que son constantemente amedrentados y vigilados por personal de la Policía de Investigaciones y de la Guardia Rural Los Pumas.
Ante esta situación decidieron hacer público lo acontecido en conferencia de prensa, y también pedir al gobierno provincial que garantice la integridad de los denunciantes. En esa línea, hoy por la mañana se realizó una presentación ante la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, y también días atrás en Asuntos Internos de la ciudad de Santa Fe (Delegación Centro Norte).