A continuación, el relato de Manuel Meza, un vecino de Florencia que diariamente sale a entrenar pedestrismo en los alrededores de esa ciudad y que, uno de esos días, fue sorprendido por dos violentos.
El relato
“El día lunes por la tarde en ocasión de mi habitual entrenamiento, fui víctima de la agresión de dos muchachos los que portaban cintos para agredir con la hebilla. Luego de pedir explicaciones del por qué de la actitud hostil, fui atacado por ambos con cintos y palos, e inclusive con una piedra de dimensión de un balón de fútbol. Gracias a Dios y por encontrarme en buen estado físico logré eludir los más crueles azotes que pueda uno imaginar. De cualquier manera el resultado de la agresión lo puedo demostrar con los hematomas en el dorsal izquierdo y las escoriaciones en codo y rodilla derecha. Destaco la labor de la policía local quien acudió de manera inmediata ante mi requerimiento vía celular. Realicé la denuncia pertinente e insté la acción penal según el artículo 72 del C.P.P. Comparto lo antes dicho puesto que aprendí que no hay que entrenar en soledad en lugares alejados y que siempre hay que acompañarse con el teléfono móvil, eso me salvó de una gran golpista. Por lo demás, me siento desilusionado puesto que siempre entreno en ese lugar, camino a Colonia Urdaniz y por si fuera poco, no entiendo las motivaciones que dieron origen al mal momento – no guardan relación con mi actividad profesional – más aún me duele el hecho que entreno para mejor defender la camiseta de Florencia. Quizás los dos inadaptados encuentren su pasatiempo inmersos en alcohol. Demás está decir que son cobardes al atacar armados – los dos – a una sola persona que lleva como único refugio el celular. En ejercicio de mi legítima defensa uno de ellos comprobó que mi mano siempre cordial y amistosa puede cerrarse con la contundencia para hacer sentar en el suelo a los cobardes. No me enorgullece para nada tener que defenderme de esa manera pero, si no lo hacía, seguramente mi integridad física corría peligro. Colofón, no entrenen solos lejos de los centros urbanos y sin llevar el celular ya que a mí me salvó”. Manuel Meza