Con el apoyo del INTI, la empresa santafesina Dolbi logró obtener el sello de Conformidad Europea (CE) y cumplir con los requisitos exigidos para exportar cosechadoras de algodón a Turquía y próximamente a Sudán. El Instituto también redactó un manual de instrucciones para la seguridad del usuario.
El sector de la maquinaria agrícola tiene una larga tradición en nuestro país y es una de las industrias que acompaña el desarrollo agropecuario nacional. Es, además, el principal segmento productivo de Argentina en bienes de capital, y cuenta con altos niveles de tecnología de procesos y productos. Durante 2018 se contabilizaron 16.137 equipos vendidos, por un valor de 117 millones de pesos, según informó la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
En la provincia de Santa Fe, la fabricación de maquinaria agrícola se ubica entre las primeras actividades en materia de generación de empleo y valor agregado industrial, es una de las ramas de mayor diversidad geográfica y está compuesta por más de 300 empresas relacionadas a la cadena de valor. Una de ellas es la firma Dolbi, ubicada en la localidad de Avellaneda, que tiene una trayectoria de 56 años en la fabricación de implementos para productores agrícolas locales y extranjeros —de Europa, Asia y América Latina—.
Cuando un fabricante tiene la intención de vender su producto en el mercado externo debe tener en cuenta una serie de factores que pueden convertirse en una barrera comercial y, en este sentido, uno de los principales aspectos a considerar es la seguridad. Este es el caso de la cosechadora de algodón Javiyú, desarrollada por Dolbi y adecuada por el INTI para cumplir con las normas internacionales exigidas por la Unión Europea. Elbio Dolzani, presidente de la empresa, comenta que cuando hicieron un acuerdo comercial con Turquía, les pidieron documentación sobre la seguridad del usuario y el cumplimiento de normativas de la Comunidad Económica Europea.
Especialistas de la sede de Rafaela del INTI asesoraron a la empresa en la adecuación de la cosechadora para cumplir con los requisitos necesarios y obtener el sello CE (Conformidad Europea) exigido por el mercado de la Unión Europea. Trabajaron en el rediseño de las protecciones, plataformas, barandas y escaleras, identificación de los puntos de sujeción e izaje, colocación de cáncamos (anillos de hierro con un tornillo), implementación de mejoras sobre el sistema hidráulico, adecuación de advertencias y señales de información, y adaptación del manual del operador —con indicaciones sobre seguridad, transporte, puesta en marcha, operación, mantenimiento y lista de repuestos—. También asistieron a la firma en la compilación del expediente técnico, la confección de la declaración CE de conformidad y otros aspectos de organización industrial.
“Gracias al manual instructivo y de manejo que explica qué medidas de seguridad y precauciones hay que tener, logramos minimizar los riesgos del usuario”, destaca Dolzani. Para la empresa es uno de los resultados más importantes del trabajo conjunto porque hasta el momento lo escribían sin tanta precisión y sin tener en cuenta muchos aspectos de la usabilidad de la maquinaria. Además, podrán utilizarlo tanto para la exportación como para el mercado local.
Como resultado de la asistencia del INTI, la empresa pudo colocar la marca CE sobre sus máquinas y firmar la Declaración CE de conformidad, hecho que le permitió concretar la exportación de 20 cosechadoras junto al know-how de la tecnología argentina al país euroasiático. Además, está preparando seis cosechadoras de algodón para enviar a Sudán y abrió la posibilidad de seguir exportando a cualquier otro destino de la Unión Europea.
Fuente – Cadena Oh!