Se cumplió un año del fallecimiento del Padre Néstor Vera, creador del Buen Samaritano, espacio de contención de centenares de jóvenes de la región con problemas de adicción. Amigos e integrantes de su legado lo homenajearon.
En comunicación con radio Amanecer, Director de la Asociación Civil El Buen Samaritano, Fabricio Zacarías, recordó al Padre Néstor Vera en el marco del aniversario de su fallecimiento: “En los últimos tiempos nos juntábamos a rezar en su casa y él nos iba diciendo todo lo que quería para la obra”.
El día domingo 11 de septiembre de 2022, la comunidad fundada por el Padre Vera lo homenajeó con distintas actividades y una misa.
La obra gestada por el Padre Néstor es un espacio de contención y recuperación para personas en tránsito de adicciones, cuenta Fabricio, quien forma parte del legado de “su padre y amigo”, desde hace más de 20 años. Actualmente, quien está a cargo es el Padre Silvio, quien fue nombrado por el obispado: “Él nos conoce bien a todos, es un pichón del padre Néstor, desde la época en que estaba en el seminario”.
“Tenía un don especial para acercarse a los chicos”, cuenta su director. Quien también aclara que ellos, ante su ausencia, siguen tratando de mantener ese espíritu con la misma estructura, los horarios que requiere el tratamiento y sobre todo el amor a Dios que les inculcó. Actualmente, se reciben personas de muchos lugares: Mendoza, Tucumán, Chaco, Buenos Aires, entre otros. “Nos manejamos con el apoyo de la gente de la zona, donde están las distintas casas, quien forman parte de la comisión y grupos de apoyo”, agrega Zacarías.
En la obra se reciben personas de distintas edades, pero lo importante, recalca Fabricio, es que quien se acerque debe estar convencido: “se requiere una gran fuerza de voluntad, porque acá el tratamiento es de puertas abiertas, no es terapéutico”.
La asociación cuenta con 16 casas distribuidas en la región, como Malabrigo, Reconquista y Vera e incluso en la ciudad capital, Santa Fe.
El padre Néstor, aún después de su pronta partida, sigue enseñando con el ejemplo. “Hace poco, un muchacho me contó llorando, que él fue el único que lo visitó cuando estuvo preso”, recuerda con emoción Zacarías, mientras se llevan adelante las actividades organizadas en su nombre.