El Concejal de la oposición, Osvaldo Fernández, ha levantado la voz para denunciar irregularidades en los procedimientos de obras llevados a cabo por el municipio de Avellaneda. En concreto, se refiere a la pavimentación de la Calle 302, una obra de 600 metros que, después de los primeros 100 metros, se transforma en un boulevard y que inicia en la Calle 1 hacia el barrio Progresar.

La obra, de gran importancia para la comunidad, ha generado controversia ya que el municipio decidió abrir el registro de oposición cuando la pavimentación ya superaba el 90% de avance. Este registro ha resultado histórico, ya que, por primera vez, los vecinos han mostrado su oposición masiva, con más del 60% de ellos firmando en desacuerdo.

El principal punto de conflicto radica en el financiamiento de la obra. El municipio pretende cubrir el costo con un 20% proveniente de contribuciones de mejoras y el 80% restante con fondos de obras de 2021 y 2022. Los vecinos no se oponen a pagar, pero consideran que el monto que el municipio planea cobrar, superior a los 400 millones de pesos, es excesivo. De este total, 90 millones de pesos deberían ser abonados por los vecinos, lo que equivale al doble del costo estimado por empresas privadas.

Para el Concejal Fernández, el procedimiento ha sido incorrecto, ya que el registro de oposición se abrió demasiado tarde y sin transparencia sobre los costos reales de la obra. Fernández ha realizado averiguaciones con empresas privadas y ha obtenido presupuestos que son la mitad de lo que el municipio quiere cobrar.

«Están mal los procedimientos, el vecino antes de comprar averigua precios, luego ve cómo lo puede financiar. Aquí se hace una obra, donde el monto se da a conocer con el registro de oposición, eso tiene que ocurrir antes, en abril del 2023. Ahí debieron abrir el registro de oposición y decirle a la gente lo que va a costar, no cuando la obra está casi por finalizar», expresó Fernández.

Además, Fernández comparó el costo del pavimento en Avellaneda con el de otras localidades cercanas, como Reconquista y Malabrigo, señalando que en Avellaneda el pavimento es más del 60% más caro. «De igual manera, averigüé con empresas privadas, y el monto es la mitad de lo que quiere cobrar el municipio», afirmó el concejal.

La situación genera incertidumbre sobre cómo el municipio gestionará la oposición de los vecinos y si habrá cambios en los procedimientos futuros para evitar situaciones similares.