Con 70 años a cuesta y una salud delicada, el padre Tomás Spanghero, párroco de Villa Ocampo, diócesis de Reconquista, acompañó a los peregrinos de Itatí en esta edición como lo viene haciendo desde hace 39 años.

Esta vez diagramó un recorrido especial por su condición, ya que tiene dificultades para caminar.

«El bastón y la fe me van a sostener», anticipó en la charla con los colegas de «NORTE de Corrientes».

Fue uno de los pioneros de la peregrinación, estuvo desde el inicio, allá en el año 1979, cuando se instauró la marcha de los jóvenes del NEA a la Basílica de Itatí.

El año pasado no pudo estar, pero ahora pese a la enfermedad que lo aqueja su fe en María de Itatí fue más fuerte y venció a sus dolencias.

Por ello, volvió a caminar junto a los jóvenes de su diócesis. Con un sombrero de ala ancha para amortiguar el efecto del sol que caía a pico en la siesta correntina, el cura de Reconquista contó a «NORTE de Corrientes» que el año pasado fue en la única caminata que no pudo estar, por su enfermedad.

«El cáncer me hizo bolsa, me operaron de un riñón y me hizo metástasis en los huesos, pero me estoy recuperando, entonces por eso es que estoy contento de poder estar acá, dando pasitos (camina mediante un bastón).

Voy a caminar desde el atajo y a pie, como dice el padre Julián Zini. ¡Cómo no voy a estar acá!, por eso me armé de un compañero, mi bastón», relató el cura emocionado por volver a los pies de la Virgen de Itatí como en aquella primera peregrinación, hace casi 40 años.

En este contexto, el padre reflexionó sobre la crisis socioeconómica que atraviesa el país y agregó: «El papa Francisco nos mandó una encíclica llamando a la santidad y nos está diciendo: no poner el acento en la crisis, y ¿en qué puso el acento Jesús? En la felicidad de los pobres, los humildes, los sencillos, los misericordiosos, totalmente criterios distintos de cómo lo mira el mundo.

Nosotros prendemos el televisor y lo primero que está es el precio del dólar. Nos habla de porcentaje de gente pobre y no va por ahí el tema, porque la vida yo creo que es, benditos sean los pobres que nos enseñan a vivir así con lo necesario y felices.

No en tener, sino en ser felices. Esta peregrinación al ver a la cantidad de jóvenes, nos tiene que hacer un poquito de cosquilla.

Los jóvenes que no tienen todavía ideales bien fijos, pero que lo van orientando hacia el bien común, ellos nos van a dar un impulso grande para cambiar y seguir.»

Fuente y fotos gentileza «NORTE de Corrientes».

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí