En el Día de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, el vecino residente del barrio Zulema, Vallejos Miguel Antonio, se acercó al santuario a expresar su devoción y agradecimiento.

A pesar de haber perdido ambas piernas debido a la diabetes, Vallejos mantiene una fe inquebrantable y un espíritu de lucha.

«He trabajado toda mi vida, me crie en el campo y le agradezco todo el trabajo que me dio. Hasta ahora, tengo trabajo de jardinería. No puedo hacerlo por mi situación, pero el trabajo me sirvió para criar a todos mis hijos. Vengo todos los años con ellos a agradecer. No pierdo la fe», compartió Vallejos con emoción.

En su mensaje a la comunidad, Vallejos enfatizó la importancia de no rendirse: «Hay que trabajar, no perder la fe, ante toda situación darle para adelante. Pasé muchas malas, pero moviéndome y trabajando, haciendo changas, pude criar a mis 7 hijos».

El testimonio de Vallejos resuena profundamente en este día de celebración y agradecimiento a San Cayetano, recordándonos que el trabajo y la fe son pilares fundamentales para superar las adversidades y construir un futuro mejor.