Como cada 21 de agosto, la Iglesia celebra la fiesta en honor San Pío X, fecha por la que además se instauró el día del catequista. La celebración del día del catequista fue instaurada en concordancia con la fiesta patronal en honor a San Pío X, por cuanto el santo fue quien decretó el permiso para que los niños se acerquen a comulgar desde que comprendan quién está en la Hostia Consagrada y animó a los fieles a recibirla todos los días.
Para el Papa Francisco las claves de un catequista son:
-Familiaridad con Jesús.
-Ir al encuentro de los demás.
-No tener miedo de ir con JESUS.
Dice el Papa Francisco:
! Gracias por este servicio a la Iglesia y en la Iglesia. También a veces puede ser difícil, se trabaja tanto, se empeña y no se ven los resultados deseados, ¡educar en la fe es bello! Es quizás la mejor herencia que podemos dar: ¡la fe!
Educar en la fe, para que esta crezca. Ayudar a los niños, a los muchachos, a los jóvenes, a los adultos a conocer y a amar cada vez más al Señor, es una de las aventuras educativas más bellas, ¡se construye la Iglesia!
¡“Ser” catequistas! No trabajar como catequistas, ¡eh! ¡Eso no sirve! Yo trabajo como catequista porque me gusta enseñar… pero tú no eres catequista, ¡no sirve! ¡No serás fecundo! ¡No serás fecunda! Catequista es una vocación: “ser catequista”, esa es la vocación; no trabajar como catequista. Entiendan bien, no he dicho “hacer” el catequista, sino “serlo”, porque envuelve la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden aquello que Benedicto XVI nos ha dicho: “la Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción”.
Y eso que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente con la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Nosotros ayudamos, nosotros guiamos hacia el encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio.”