En la reciente Feria del Libro de Avellaneda, un grupo de estudiantes participó en el taller de origami para niños titulado “Lo que me dijo un personaje”. Este taller, diseñado especialmente para los más jóvenes, ofreció una experiencia enriquecedora en la que los niños crearon personajes basados en un cuento utilizando papel ecológico.

El origami, más que una simple actividad manual, es una herramienta completa que trabaja la creatividad, la paciencia, la memoria, la concentración y la prolijidad de quienes lo practican. Además, proporciona tranquilidad, calma y paz, fomentando un ambiente de silencio y reflexión. En palabras de los organizadores, el origami no solo transforma un simple papel en una figura con vida, sino que también transforma el interior de las personas, conectándolas con un estado de serenidad y concentración.

Una de las grandes ventajas del origami es su accesibilidad: puede realizarse en cualquier lugar y con materiales mínimos, permitiendo a cualquiera disfrutar de sus infinitas bondades. Durante el taller, los niños aprendieron a crear diversos personajes de papel, que luego llevaron a sus casas para terminar de decorar. Esta actividad prolongada permitió que los pequeños añadieran detalles personales como cabellos, barba, sombreros, anteojos, moños y aros a sus creaciones.

Los organizadores del taller destacaron el impacto positivo del origami en los niños, subrayando cómo esta práctica no solo desarrolla habilidades manuales y artísticas, sino que también contribuye al bienestar emocional y mental.