Lucrecia Boniardi, integrante del equipo del hogar San Oscar Romero, celebró con entusiasmo la inauguración de la nueva panificadora social, un proyecto impulsado junto a Cáritas Argentina y Hogares de Cristo.

Este emprendimiento busca no solo ofrecer productos de calidad a la comunidad, sino también brindar ocupación y dignidad a personas en proceso de recuperación por consumo problemático de sustancias.

El proyecto, que comenzó a gestarse hace dos años, nació como una casa de comidas que opera de miércoles a sábado, ofreciendo productos caseros elaborados por un grupo de mujeres. Este espacio se amplió con la incorporación de viandas de lunes a viernes y, ahora, con la puesta en marcha de la panificadora.

Gracias al apoyo de Hogares de Cristo, se logró adquirir equipamiento de última generación, como fermentadoras, hornos pizzeros, amasadoras, sobadoras y balanzas, además de mesas de acero inoxidable y heladeras exhibidoras.

Con esta infraestructura, la panificadora tiene capacidad para producir más de 300 kilos de pan por día, lo que permitirá emplear a unas 30 personas.

Por el momento, la panificadora funcionará dentro del hogar San Oscar Romero, con planes a futuro de establecer un local propio. Los trabajadores, además de capacitarse en panadería, pastelería y elaboración de pizzas, encontrarán en este espacio una oportunidad para reintegrarse a la sociedad, generar ingresos y fortalecer su autoestima a través del trabajo digno.

Facundo Mercogliano, referente de los Hogares de Cristo a nivel nacional y propulsor del proyecto “Pan Nuestro”, destacó el impacto de esta iniciativa, que combina solidaridad, inclusión y desarrollo comunitario.

La inauguración marca un nuevo capítulo en el trabajo del hogar San Oscar Romero, que sigue creciendo y brindando oportunidades a quienes más lo necesitan.