A continuación el mensaje de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia en el día de la fecha.
Mensaje de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (CEVILAF)
Con motivo de celebración del Día Internacional de Acción por las Dos Vidas, sumamos decididamente nuestro apoyo a todas las expresiones que defienden, cuidan y promueven las Dos Vidas, y alentamos a tener en cuenta, discutir y sancionar los proyectos referidos a las políticas públicas que se orientan en favor de la maternidad vulnerable.
Defendemos y cuidamos la vida humana en todas sus etapas porque la conciencia humana reconoce que no es lícito quitar la vida de un inocente. Además, como afirma el papa Francisco en Laudato Si, “no parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano, aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades” [1].
Nos unimos a muchos hombres y mujeres que dan testimonio de la belleza de la vida y el amor humano porque creen que Vale Toda Vida.
Valoramos y acompañamos a los profesionales de la salud que se entregan para salvar vidas y se mantienen fieles a su conciencia aun en las presiones que buscan soluciones contrarias a los fines de la medicina.
Reconocemos y agradecemos a los funcionarios judiciales y abogados que trabajan por garantizar los derechos de las madres y sus hijos por nacer o ya nacidos, en medio de situaciones de privación, violencias o pobreza.
Son muchos también los docentes que en la laboriosidad humilde del aula se esfuerzan por transmitir el valor de la vida como don y educan en una sexualidad nacida del amor entendido como donación de sí.
Alentamos a quienes educan en el amor a la vida, el respeto por el otro y en los valores del pudor, la pureza, la gratuidad.[2]
Damos gracias por los comunicadores que transmiten la belleza de la vida y el amor, aun en medio de las presiones de quienes quieren una colonización ideológica de nuestros pueblos.
Dios de la Vida y del Amor, enséñanos a caminar como un pueblo fraterno con todos sin excluir a nadie, y siempre cercano y dispuesto a valorar, cuidar y promover la vida de todos, especialmente allí donde manifiesta frágil e indefensa.