Se trata de Mateo Raschia Locatelli, oriundo de la ciudad de Malabrigo de 16 años, surgido de la cantera del club Platense Porvenir de Reconquista, ataja habitualmente en la Séptima División del Millonario. En la jornada inolvidable que River Plate derrotó a los colombianos con un equipo reducido por contagios de Covid, le brindó su apoyo al experimentado volante Enzo Pérez que debió improvisar debajo de los tres palos.
River escribió una página histórica en el fútbol mundial con el triunfo por 2 a 1 ante Independiente Santa Fe de Colombia. El elenco de Marcello Gallardo se quedó con la victoria con la presencia de Enzo Pérez en el arco (quien además jugó con una distensión muscular en la pierna derecha), y sin cambios como consecuencia de las 20 bajas en su plantel por los casos positivos de COVID-19.
En la noche heroica del Monumental, detrás de uno de los arco hubo un testigo privilegiado. Mateo Raschia Locatelli, arquero de la Séptima división que fue el alcanzapelotas que estuvo detrás de la valla que defendió el experimentado mediocampista.
El joven oriundo de la «ciudad jardín» que llegó al club a los 9 años proveniente del club Calamar de Reconquista, hijo de Roberto y Nanci (son hinchas de River), está instalado en la pensión. «Los primeros meses fueron duros, por extrañar mucho a la familia”.
Otro dato significativo, Mateo es primo de Franco Petroli (que no pudo se parte del plantel por contagio de Covid). «El es como mi hermano mayor en el club, me ayuda mucho, me enseña cosas y me siento contenido con su presencia, ya que de chico me vine para acá».
Habló por Radio Amanecer emocionado por toda la repercusión que tuvo la inolvidable jornada que observó desde el campo de juego y dejo los siguientes conceptos:
“Fue mi primera vez como alcanzapelotas. Antes de que comenzara el partido, Enzo me dijo que rece mucho”.
«Yo permanentemente lo alentaba detrás del arco».
«El arquero generalmente en los festejos se queda solo, por eso miro donde estaba yo y se acercó a abrazarme».
“Cuando hicimos el gol, me abrazó y fue un abrazo entre un hincha de River y otro hincha de River. Y cuando terminó ese abrazo se me puso la piel de gallina”.
“A mi me tocaba ir al otro arco en el segundo tiempo, pero Enzo me dijo que le había dado suerte y me pidió que vaya al otro arco, para que no le falle”.
“Cuando terminó el partido me abrazó de nuevo y me dijo que le había dado suerte y que ahora iba a tener que ir todos los partidos atrás del arco”.
“Por no ser arquero, lo vi muy bien a Enzo durante el partido”.