El proyecto arqueológico “Entornos de Melincué” tuvo su quinta campaña, donde se realizaron valiosos descubrimientos, como un asentamiento donde habrían convivido soldados, gauchos e indígenas. También se dató un resto óseo humano en 2 mil años de antigüedad y se encontró un Eutatus, animal prehistórico de unos 5 mil años atrás, único en el país.
En la cabecera del departamento General López, al sus-sur de la provincia de Santa Fe, se esconde un tesoro arqueológico que arroja luz sobre la profunda historia de esta región.
Este proyecto arqueológico se centra en la cuenca de la laguna de Melincué, abarcando vastos territorios de las comunas de Labordeboy, Melincué y Elortondo. Con la colaboración de dichas comunas, el equipo de arqueólogos y voluntarios ha trabajado incansablemente para desenterrar evidencia que arroje luz sobre cómo era la vida en esta región a lo largo de los siglos.
La laguna de Melincué deja al descubierto la historia de la región, la provincia y el país. Créditos: Armando Senese
Habitantes milenarios
Uno de los aspectos más intrigantes de este proyecto es el hallazgo del fuerte colonial. Se ha identificado una capilla y una serie de estructuras circundantes que una vez albergaron a soldados, gauchos, colonos europeos y criollos. Este fuerte fue un lugar de suma importancia en la historia local y regional, y su exploración proporciona una visión más completa de los asentamientos tempranos en esta área, que los profesionales ponen a la altura de las ruinas de Cayastá y Puerto Gaboto.
Además, uno de los fechados radiocarbónicos realizados en la ciudad de La Plata, precisó que un resto humano encontrado a mil metros del fuerte tenía 2.000 años de antigüedad, confirmando la hipótesis de que la laguna fue un lugar sagrado ancestralmente.
Este lugar ha proporcionado una ventana a una época en la que los seres humanos coexistían con la fauna prehistórica, como el eutatus, un animal que habitó la región y cuyos restos, hallados en el lugar, sorprendió a los investigadores. Este descubrimiento es único en Argentina y arroja nuevas preguntas sobre la interacción entre los habitantes originarios de la zona y la fauna prehistórica, donde se encontraron guanacos, ciervos e indicios de ñandúes, que anduvieron por la zona y que eran cazados por los pueblos originarios.
Fuente: El Litoral